A pesar de todas las cosas de las que me he deshecho ya con este reto de 30 días de clutterfuck, tengo la sensación de que no termino nunca de quitar cosas de enmedio. Además, el tema de la ropa comienza a volverse espinoso, ya que estoy en ese momento en el que todo me queda o muy grande o muy pequeño, así que aproveché unas rebajas en Santander y compré un par de cosas en una tienda a la que le tenía echado el ojo desde hacía un tiempo. Por supuesto, por cada prenda nueva que entra tiene que salir otra, así que ahí va el clutterfuck correspondiente, con una camiseta que llevo años sin ponerme y una minifalda que me compró mi madre y que no me he puesto nunca (siempre me ha quedado pequeña y, para más inri, las cosas rosas no casan bien con el pelo rojo):

Y como clutterfuck del día 26 ahí va un buen montoncito de restos de collares viejos y fornituras que no voy a usar porque ya no utilizo enganches que no sean hipoalergénicos ni de una calidad mínima. ¡Adiós, bisutería baratuna!

Os recuerdo que este domingo 9 de septiembre hacemos 30 días, así que daré por finalizado el reto una vez publicado el último post con las últimas entregas, el día 9. Ahí hablaré de mis conclusiones al respecto del desafío en general. Y el lunes 10 empieza el siguiente reto, que será el de la meditación. Mi objetivo es practicar una meditación diaria (los 11 primeros días serán meditaciones guiadas), el resto ya veré, pero imagino que seguirán mi tónica habitual, de entre 10 y 30 minutos en postura de medio loto. En este artículo hablé de cómo suelo practicar la meditación y cómo suele beneficiarme, pero por lo general he tomado esta decisión para volver a controlar la ansiedad y marcarme el hábito de meditar a diario para mejorar mi estado mental en general. Veremos si, una vez superados los 30 días (¡esta vez lo tengo que conseguir!), decido darle continuación durante otros 30. Como dije en el clutterfuck anterior, si a alguien le interesa el tema de la meditación y cree que esto podría beneficiarle, están las puertas del blog abiertas para que participe.
Editando. Otros clutterfucks ajenos: montones de sobres y cartones de una oficina.