Esta propuesta ha sido de lo más interesante. Busqué el mes de junio de 2010 en mis archivos, y sólo había una entrada. Se titulaba «Caos» y decía lo siguiente:

Ni… un… segundo… libre. Muchos cambios, mucho revuelo y muchas cosas. Intentaré contarlas lo antes posible.

Es decir, hace exactamente un año estaba más o menos en la misma situación que ahora, por lo menos a nivel emocional. Si mal no recuerdo, el caos se debía a que ya no podía afrontar el pago del alquiler donde estaba viviendo y no tenía más remedio que volverme a casa de mis padres. Un año más tarde, sigo en la misma casa paterna, pero me voy liberando poco a poco de las obligaciones económicas que me estaban desquiciando. El tiempo transcurre asombrosamente rápido, y por otro lado sospecho que ciertas épocas del año traen momentos de decisión y de cambio. Generalmente, junio para mí ha sido un momento de cierres, de finales, y julio y agosto suelen ser tiempo de nuevos comienzos, de viaje y descubrimiento.


Tengo muchas ganas de que llegue julio, a pesar de este horrible calor. El 6 de agosto cumplo, además, 30 años, y me tocará hacer balance. O no, carpe diem y a otra cosa, mariposa.


Como curiosidad, alrededor de junio del año pasado comencé a maquinar el Proyecto Poema. No me puedo creer que un año haya pasado a tal velocidad de vértigo. Todavía recuerdo estar sentada con V. en la terraza del Tahití, exponiéndole la idea mientras nos tomábamos una San Miguel bien fresquita. Había mucho caos en aquellos tiempos, pero también había momentos magníficos.