El camino no elegido. Si hubiera uno solo, la respuesta sería mucho más sencilla.

Pero sí se da la casualidad de que, viéndolo desde un punto de vista literal, no metafórico, este año tomaré un camino hasta ahora desconocido. Tenía pendiente desde hace años visitar la Semana Negra de Gijón, pero generalmente la Campus Party de Valencia le ganaba la batalla. Desde mi visita a la Murcia Lan Party el año pasado, he enviado a la Campus al olvido, ya que la MLP es más pequeña, más barata, más acogedora y con gente superestupenda con quien me helé el culo durante la primera semana de diciembre de 2010 (la zona de ordenadores no tenía calefacción, aun así el calor de los asistentes pudo llenarnos el corazoncito a mi hermano y a mí). Así que mi verano queda libre, y he pensado aprovechar el poquito de dinero del que siempre puedo disponer por mi cumpleaños (agosto, y este año hago 30, oh yeah) para visitar Asturias y conocer cómo se vive a lo friqui en el norte de España (de Hispacones ya he tenido bastante, por lo menos por ahora). No entraré en lo que voy a ver por el camino, porque mi plan por ahora es pasármelo durmiendo. 15 horas de autobús, ni más ni menos. Sospecho que es la primera vez, además, que acudo a un evento de este tipo sin obligaciones como editora (ni mesas redondas, ni conferencias, ni ná de ná), lo cual es un alivio pero, al mismo tiempo, un poquito triste. También voy sola, lo cual tiene su punto de emoción ya que estoy acostumbrada a ir de viaje con familia, pareja o amigos, así que tratadme con cariño, queridos gijoneses.

Leyendo: Juego de tronos, de Martin. Sí, yo también he caído.
Escuchando: On dancefloors, de Metronomy.