No creo que el primer beso sea nunca como lo soñamos, del mismo modo que el sexo no suele ser como en las fantasías. En el caso del beso, estamos demasiado influidos por los momentos romántico-pasionales y perfectos de las películas, aunque sí es cierto que con el tiempo he descubierto a un par de personas que daban besos de película. En el caso del primer beso, no tenemos nada con que comparar, y todo es un tanto confuso.
Mi primer beso no tuvo nada de mágico, aunque no negaré que fue interesante. No era el primer chico con el que salía. Tenía quince años y varias amigas más experimentadas me lo habían explicado todo con pelos y señales. Tras ver al chico en cuestión varias veces a lo largo de una semana, creo recordar, una noche fuimos a darnos dos besos castos de despedida y él aventuró la lengua. Ahora puedo apreciar el tipo de valentía (o despreocupación) que hace falta para hacer algo así, en su momento me pareció lo lógico (en las películas y en las historias de mis amigas siempre era el chico el que iniciaba el beso). Con el tiempo me di cuenta de que esperar cual princesa de Disney a que te den el beso es una pérdida enorme de paciencia y esfuerzo, y prefiero tomar la iniciativa (generalmente tras indagaciones educadas) para ahorrarnos a ambos bochorno y meses de gilipollesca espera; pero en su momento era lo que todas presuponíamos, y ese chico me dio mi primer beso. Fue bonito, besaba bien y era entretenido. Con todo, he de reconocer que pasó bastante tiempo, y unos cuantos chicos (y chicas) más, antes de descubrir un beso que realmente me encendiera por dentro y desatara cosas de esas que sólo sienten supuestamente los adultos.
Tampoco creo que la forma de besar sea definitiva (sobre todo teniendo en cuenta que en algunas culturas ni siquiera existe, o es considerada una práctica extraña), ya que he conocido amantes estupendos que besaban de muy mala manera, y viceversa. En cualquier caso diría que la mejor forma de besar es adaptarse a la otra persona, y evitar lengüetazos excesivos, o tal vez simplemente es la que más me gusta a mí. Estamos tan condicionados por la imagen del beso agresivo que olvidamos lo increíblemente erótico que puede ser un beso cuidadoso, lento y ligeramente travieso.
Actualizaciones varias:
-Tras terminar el poema de Nemrod (tema: Apocalipsis), lo envié hoy por correo. Avísame por favor cuando te llegue para poder subirlo al blog.
-Hoy hago el décimo día del desafío de este mes. No hay mucha novedad respecto a mi entrada anterior, excepto que sigo encontrándolo bastante provechoso por lo general, una vez superada la fiebre y las dificultades respiratorias y etc. Para el síndrome premenstrual es mano de santo.