Lo complicado aquí es mencionar una sola cosa, supongo. Al fin y al cabo, cuando uno se pone a pensar, hay muchísimas cosas que sacan lo mejor de nosotros. Los bebés, por ejemplo. Aunque personalmente no los aguanto y no les veo el atractivo, hay una sorprendente cantidad de personas que al ver un bebé se ponen total y absolutamente tontos, en el buen sentido de la palabra. La música, y el baile. Las desgracias y las muertes (aquí hay quien, al demostrar de qué está hecho, demuestra que está hecho/a de azúcar, especias y cosas bonitas). Y por supuesto, el mar. No sé cómo ni por qué, pero el mar hace que a muchos les entre una extraña calma y paz. A mí, desde luego, me ocurre. Si me alejas del mar mucho tiempo acabo con claustrofobia. Su efecto beneficioso es tremendo. Sentarmee en la orilla y dejar que las olas rompan a mis pies me produce una sensación maravillosa. Esta foto es de mi playa más cercana, y aunque la calidad de la foto es pésima por ser de la cámara del móvil, os prometo que los colores no tienen ni un ápice de Photoshop:

                                   

Recientemente hice un pequeño viaje turístico en barca por la bahía de Santander, y me encantó la diferencia para con la costa malagueña. La luz, el color del agua (y el viento, claro), no tienen nada que ver. Aunque el viaje en barca fue divertido, el mejor momento de mar en Santander fue un día de tormenta, en que recorrimos su paseo marítimo bajo la lluvia, viendo las olas gigantescas bajo un cielo amenazante. Distinto, sí, espectacular, pero por ahora me quedo junto al Mediterráneo. Será por el mar, será por el clima, será por la gente, o será por vivir en una zona que me ofrece perlas como esta:
Así que ya sabéis, si venís por estos lares, acordaos de cagar gatos, periquitos o conejos enanos.
Leyendo: Las fuentes del paraíso, de Arthur C. Clarke
Escuchando: Algún concierto de Schumann

Nota: Ebony está mejor, le han quitado la sonda y está mucho más animado. Con todo, hay muchas posibilidades de que se repita la obstrucción y tengan que volver a sondarlo. Toco madera, cruzo los dedos y todas esas cosas.