Una pregunta curiosa, y no estoy muy segura de cuál es la respuesta. Generalmente mis antojos se refieren más bien a tipos de bebidas alcohólicas (la palabra «champán» despierta en mí todo tipo de reacciones), pero de vez en cuando surge El Antojo. Y El Antojo sólo aparece una vez cada tres o cuatro meses, y está dedicado, exclusivamente, a la hamburguesa New York Crispy de McDonalds, preferiblemente con patatas Deluxe. No soy una gran consumidora de comida rápida, pero en el caso de McDonalds, asocio el hecho de comer allí a algo especial y familiar. De pequeña sólo comíamos en McDonalds en ocasiones muy escasas y específicas, así que siempre he pensado, a pesar de mi desdén por una comida que realmente no aporta nada a nivel nutritivo, que es un sitio donde de vez en cuando me gusta pararme a comer algo, aderezado por vete a saber qué mierdas que lo convierten en totalmente adictivo. Por supuesto, luego me arrepiento, tanto a nivel personal como físico. Pero el gustazo de asesinar ese antojo no me lo quita nadie. De vez en cuando surgen Variantes Del Antojo, que se traducen en hamburguesas de Burger King, pollo rebozado KFC y pizzas en general (por no hablar de lasañas precocinadas). Es la necesidad ocasional de consumir grandes cantidades de hidratos de carbono, azúcares variados y una muy saludable dosis de cocaína (sospecho, porque si no no me lo explico). Afortunadamente, como ya he dicho, es sólo ocasional, y rara vez cedo. Tal vez es precisamente por eso por lo que lo disfruto tanto.
El Antojo es lo que generalmente llamo Un Placer Culpable. Otros placeres culpables, por lo menos en mi caso, incluyen leer a Robin McKinley o a Marian Keyes (la única escritora de chick-lit que me hace sentir que el género tiene algún sentido), beber Hendricks con Fever Tree o realizar una legendaria tirada de trastos (y no me refiero a vaciar el garaje, sino a flirtear sin vergüenza ni consulo). Afortunadamente para mi salud física y mental, éstos son placeres que, al igual que la NYC de McDonalds, sólo me permito muy de vez en cuando.
EDITANDO: El otro día descubrí que la NYC ya no existe. Recquiescat in pace.
Para mi el principal antojo sería el chocolate, ahí si que me pierdo.
Abrazo
Comida japonesa, suele antojárseme habitualmente. La última vez fue hace unas semanas viendo una peli japo en la que no paraban de comer udon. Ahora mataría por salmón sashimi con una cerveza fresquita mmmmmmm
Cristina, gracias. Acabas de pegármelo, aaagh.
El lunes estoy en Graná, dime si tendrás un hueco para sushi y cerveza 😉
Jose Jaime, le pasa a muchíiiisima gente. A mí sólo con el muy negro, 99 o 100% de cacao.