Un rato de la mañana de hoy se ha ido haciendo bocetos de abejitas para el próximo poema ilustrado. Reconozco que siento cierta lástima por las abejas. La única vez que me picó una, a pesar de la molestia, lo que realmente me daba pena era que por ello la abeja hubiese perdido la vida. Además, fue por mi culpa (me apoyé en ella sin querer). A lo mejor por eso me ha salido con cara tristona.
Me encanta su carita.
Ah, unas compañeras me han preguntado hoy por el Proyecto, a ver si se animan 🙂
Pues nada, que se pasen por aquí o por la página de Facebook 😉
http://www.facebook.com/pages/Proyecto-Poema/190356781015348
Aunque los insectos me dan bastante mal rollo (cuando tenía 2 ó 3 años tuve la fatal ocurrencia de tocar una preciosa oruga de color azulado y recubierta de una suave pelusilla, el animalito se enroscaba sobre sí mismo y, ante mis tiernos ojos parecía estar jugando, que acabó provocándome una severa irritación y sirviéndome para aprender que no todos la criaturas que poblaban nuestro jardín podían ser manoseadas de manera impune) soy totalmente contrario a chafarlos a manotazos. Incluso cuando estoy sentado en el parque, leyendo lo penúltimo de Don DeLillo, y un saltamontes verde se planta ¡alehop! en mitad de la página, moviendo las antenas con frenesí, mientras se prepara para dar el siguiente salto. ¿Por qué iba a querer nadie apagar ese momento de vida cerrando de golpe las páginas del libro? ¿Qué puede haber de divertido o edificante en eso? Misterio.
¡Bonito dibujo! ; )
Vil Traidor
¿Qué estoy leyendo? «El hombre del salto», de Don DeLillo.
* Me voy a permitir el lujo de hacerte una recomendación: «Black Mirror.» Es una serie de televisión, ya que no sólo de libros y «R&R» vive el hombre (o la mujer).
Nunca he entendido la supuesta crueldad infantil que justifica que los niños aplasten bichos o arranquen alas. Para mí es un misterio.
Black Mirror la vi hace un par de meses. Muy buena. El segundo fue mi favorito 🙂