Apocalipsis
Ante las murallas construidas en fuego
hicimos nuestro nido de amor
entre cenizas de pájaros que ya no renacerán
Frente al río corriente de sangre
cavamos nuestro adiós
magullados por los meteoritos que trajo nuestra pasión, y que se colaron por las grietas de las catedrales
donde se refugiaban los infieles
Contra todo pronóstico y contra todo calendario y todo lo que nos mintió Nostradamus
tú y yo hacíamos guirnaldas cuando la tierra se volvía azufre (o azufre mientras la tierra supuraba guirnaldas)
escribíamos sonetos citando a los grandes del arrepentimiento y nos mecíamos bajo el ácido
las langostas apenas sonaban, cascabeles de lujuria y besos acometidos
junto a la fuente de vino maldito.
Después de la resurrección de la carne será demasiado tarde
la urgencia se dilata y toma forma de mutilación, de canibalismo y de lunas rojas
cambiaremos mañana, hoy somos no-muertos
libres por fin de la desidia y el nihilismo
libres por fin para susurrarnos dulzura y tiernas nimiedades.
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¿Y si el Apocalipsis no fuera el fin, sino el principio? ¿Y qué mejor excusa para hacer salvajemente el amor que el Fin del Mundo?
Editando: Tras varias conversaciones sobre el asunto y en relación a una serie de poemas que estoy escribiendo (por otro lado) relacionados con El ciclo de la luna roja, sí, admito que este poema está bastante inspirado por Rocavarancolia, sobre todo teniendo en cuenta que cuando lo escribí estaba leyendo la tercera parte de la saga de José Antonio (tuve la suerte de leerlo antes de su publicación ya que le estaba echando una mano con la revisión). La ciudad protagonista tiene un poder evocador innegable. Creo que Nemrod sabrá perdonarme por dejarme influir por textos ajenos 🙂
Editando: Tras varias conversaciones sobre el asunto y en relación a una serie de poemas que estoy escribiendo (por otro lado) relacionados con El ciclo de la luna roja, sí, admito que este poema está bastante inspirado por Rocavarancolia, sobre todo teniendo en cuenta que cuando lo escribí estaba leyendo la tercera parte de la saga de José Antonio (tuve la suerte de leerlo antes de su publicación ya que le estaba echando una mano con la revisión). La ciudad protagonista tiene un poder evocador innegable. Creo que Nemrod sabrá perdonarme por dejarme influir por textos ajenos 🙂
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También puedes solicitarlo en la página del proyecto en Facebook: http://www.facebook.com/pages/Proyecto-Poema/190356781015348
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Ya te lo dije por facebook pero te lo repito por aquí: me ha encantado, los cefalópodos son una de mis debilidades y el Fin del Mundo mi fantasía de escapismo favorita. El mejor momento para enamorarse y perder la cabeza, algo nostálgico pero lleno de posibilidades, y puede que zombies 😀