Como dice Violante/Coco, «canciones que remueven por dentro». Recojo su testigo y dejo aquí mi lista particular de aquellas canciones que me remueven las entrañas. Por supuesto se me olvidarán unas cuantas, éstas son las que recuerdo ahora mismo:

-Disarm, de The Smashing Pumpkins: La grande, la única. Nuestra canción. Aunque hay otras canciones de los Smashing que también me hacen temblar (como por ejemplo, Galapogos y Doomsday Clock).

-Creep, de Radiohead: Completamente representativa de algunos momentos de mi vida (You’re just like an angel, your skin makes me cry), y sinónima de bailar descalza en un local con mis amigos de los dieciséis años.

-Meds, de Placebo: Si bien no es mi favorita de este grupo (me quedo con la versión que hicieron junto a David Bowie de «Without you I’m nothing»), la letra describe con total exactitud una etapa muy negra que espero con toda sinceridad que no vuelva nunca. Espeluznante.

-My little, de Pride and Fall: Porque amar es morir, como diría Shakespeare, y creo que esta canción es la que mejor describe esa entrega y abandono. Aparte de que tiene un par de momentos eufónicos alucinantes.

-Life on Mars, de David Bowie: Otro canto al extrañamiento. Se hizo una serie con el mismo título en Gran Bretaña, muy entretenida, sobre un policía actual que tras un accidente aparece en (editando) el año 73.

-Angelene, de PJ Harvey: Cuando Polly Jean susurra aquello de «My first name Angelene…», a mí se me pone el vello de punta. Sobre la búsqueda de la aceptación y el amor a través del sexo.

-Me and a gun, de Tori Amos: A día de hoy, la habré escuchado tres veces, y las tres me ha costado horrores. Es a capella y habla de un intento de violación a punta de pistola que sufrió la propia cantante.

-Who wants to live forever, de Queen: ¿Quién quiere vivir para siempre? Que se lo pregunten a Freddy y a Brian May. Don’t touch my lips with your kiss…

-Santos que yo te pinté, de Los Planetas: La voz de J cantando (si se le puede llamar cantar) aquello de «yo no tengo la culpa… de que te fumes plata…». Porque los santos que yo te pinté demonios se tienen que volver. Lagartija Nick hizo una versión bastante aceptable, con lo que pasamos a:

-Ojalá, de Lagartija Nick: De un álbum redondo, Lo imprevisto, me quedo con Ojalá. Porque es una canción para vivir tras la muerte.

-Live Bed Show, de Pulp: Una de sus canciones menores, habla con terrible ironía de las maldades del tiempo. Jarvis Cocker, como siempre, espectacular.

-Rocket’s tail, de Kate Bush: Qué mala espina me da esta canción. La Bush explicó en una entrevista que era una canción bonita e ingenua, pero no puedo dejar de pensar que la letra habla de suicidio. Y hablando de cohetes…

-Rocket man, de Elton John: De cuando Sir Elton tenía un buen letrista y hacía música en condiciones. Mi favorita siempre será «All the young girls love Alice», pero la idea de estar perdido en el espacio siempre me ha llamado la atención, razón por la que también me encanta «Space Oddity» de Bowie.

-Lullaby, de The Cure: ¿A alguien le dan miedo las arañas?

-A life all mine, de The Gathering: Mil gracias a Marco por descubrirme esta canción. Desde luego concuerda con mi propia definición de la existencia.

-The racing rats, de Editors: Recientemente descubierta, con una letra penetrante y música a juego (Let’s pretend we never met…).

-Milk, de Garbage: Quiero que legalicen la clonación humana para poder tener una doble de Shirley Manson para mí sola.

Y mil más que me dejo en el tintero, y que harán que me tire de los pelos cuando me acuerde y me dé cuenta de que no las he incluido. No menciono ni a la Winehouse ni a Snow Patrol porque ya los ha incluido Violante en su post, y he intentado no coincidir, pero que conste que «Back to black» me parece una de las canciones más estremecedoras que he escuchado, y de Snow Patrol me quedo con sus dos discos enteros. También me está removiendo por dentro «By the waters», de Rotersand, pero sospecho que es por el efectismo instrumental y que me aburriré pronto.