Esta madrugada, picados por la curiosidad, nos fuimos a la playa a acompañar a unos amigos que se iban de pesca. Usan cebos vivos, y aunque me parece una gran crueldad ensartar a un bicho vivo en una aguja para que luego se lo zampe un pez, no puedo negar que los gusanos coreanos ejercen una extraña fascinación. Tras el asco inicial, unas cuantas cervezas me animaron a cogerlos en mis manos, y es increíble cómo se retuercen sobre sus múltiples patitas. No debí hacerlo.
Y es que luego, una vez ya en la cama, soñé una y otra vez con los dichosos gusanos. Al más pleno estilo gore, se me metían bajo la piel de los dedos con asquerosas consecuencias que no relataré aquí por respeto a mi propio estómago. Mis amigos no pescaron nada, pero yo sí que pesqué una experiencia onírica de lo más desagradable, posiblemente provocada por la digestión todavía activa de un opíparo desayuno inglés que nos zampamos en un bar anglosajón de la costa, de esos donde los camareros apenas hablan español y el número de tostadas con mantequilla es inversamente proporcional a la necesidad alimenticia básica de cualquier ser humano.
¿Quién dijo que la pesca era aburrida?
Editando: Para más información, el desayuno se componía de dos huevos fritos, una gran salchicha, tomates de lata (o alubias) y varias tiras de bacon crujiente. Aparte iban tres tostadas con su correspondiente mantequilla y mermelada. ¿Hambre? ¡A mí me está dando sólo de recordarlo!
OMG pobrecita, esas pesadillas son lo peor, asi que te mando un besote enorme :*** para que la olvides antes.
Jo English Breakfast! Do want!! T_T cuanto tiempo sin tomar uno, que rico (y calorico) omg