Por fin, tras otra sesión nocturna de sábado en la que, gracias al frío glacial de cierto pueblecito montañero, me quedé en casa viendo anime pegada a la estufa halógena, he podido terminar de ver Death Note. Es posible que sea la serie de anime que más me haya impactado hasta la fecha.

La premisa es muy original: Un shinigami (dios de la muerte), por puro aburrimiento, deja caer su Death Note al mundo de los humanos. El Death Note es un cuaderno muy particular, ya que si escribes en él el nombre de alguien mientras piensas en su rostro, esa persona morirá. El Death Note tiene un montón de reglas y posibilidades, y éstas son exprimidas al máximo por unos guionistas bastante enfermos que dejan a los de Prison Break a la altura de niños de primaria en lo que a argumentos retorcidos y complejos se refiere. Lo que empieza con un chaval estudioso que recoge el cuaderno por curiosidad se convierte en una trama política a gran escala, y es que , como dice el propio shinigami, «los humanos son muy interesantes».

Y por supuesto, se ha hecho una película (que no he visto y, después de ver la adaptación al cine de Lovely Complex, seguramente no veré).

Cambiando de tema completamente, podréis ver que he añadido algunos enlaces. Os recomiendo particularmente And then came the shot, un blog de fotografía muy interesante.

Mientras, sigo peleándome con el tema de la mudanza, ya que en estos momentos ni siquiera sé seguro a qué piso vamos a ir. Deseadme suerte.