Un amigo cercano me hablaba el otro día de un libro con el que algunos conocidos suyos han conseguido dejar de fumar. Desconozco si se trata del famoso «Dejar de fumar es fácil si sabes cómo» (o como se llame), pero el quid de la cuestión radica en que el autor anima a los fumadores a interpretar sus intentos fallidos de dejar el vicio no como fracasos, sino como acercamientos a la victoria. Según el autor, cada vez que intentas dejarlo estás más cerca de conseguirlo.
Sus palabras me animaron bastante, ya que, aunque no fumo, llevo unos seis años intentando perder algo de peso. Lo consigo a rachas, ya que llevo una dieta bastante saludable y estricta, pero enseguida recupero lo que pierdo porque bebo como una cosaca y, por mucho que os digan lo contrario, la cerveza engorda, y engorda un huevo y medio.
Así que hace un año o así me propuse beber menos. No lo conseguí. Hace unos meses me propuse dejar de beber por completo (no digo para siempre, pero por lo menos por una temporada). Lo conseguí una vez, periodo en el que además hacía vida sana sanísima, ¡con ejercicio incluido! Y volví a caer. Lo conseguí otra vez, durante la fabulosa temporada de tres semanas. Y volví a caer.
Lo he vuelto a intentar. Hace cuatro días veía una cerveza y me volvía loca de deseo. En estos momentos, aceptaría hasta un combinado de whiskey con cola-light (y mira que odio el whiskey con todas mis fuerzas). De aquí a un par de días llegaré al punto de desear alcohol de quemar. Sé que de aquí a tres semanas ya no me costará casi nada, y ahí está el peligro porque entonces, confiada, pensaré que puedo volver a empezar porque puedo controlarlo. Mis amigos se empeñan en que exagero, que no bebo tanto y que sólo es cuestión de controlarse un poco. Pero si lo paso tan mal llevando menos de una semana sin beber, esto tiene que ser, hasta cierto punto, una adicción. Lo peor es que mi pareja bebe, mis amigos beben, pasean por delante de mí todo tipo de tentaciones. Y si ahora estoy bien, ¿qué pasará cuando llegue ese momento terrible del mes femenino en el que el mundo se me venga abajo y sólo pueda solucionarse con una buena dosis de vino?
Necesito una nueva adicción. Por lo que estoy viendo es posible que acabe siendo la cafeína. Pero quién sabe, respecto al alcohol, a lo mejor esta vez lo consigo. A lo mejor si lo dejo aquí escrito, delante de todos vosotros, me dará tanta vergüenza fallar a mi palabra, quedar como una debilucha sin fuerza de voluntad, que podré resistirme.
En cualquier caso, gracias por leer/escuchar.
Nota de Gabriella en 2023
Esta entrada es de 2007. Intenté dejar de beber una y otra vez y otra vez y otra vez. No conseguí dejar el alcohol hasta 2019. Aún hay gente que me dice «si no bebías tanto…».
Me ha hecho gracia encontrarme con este post, porque al final conseguí dejarlo gracias, precisamente, al libro de Alan Carr Es fácil controlar el consumo de alcohol, que es la versión que adaptó para el alcohol de su método Dejar de fumar es fácil si sabes cómo.
El alcohol, como otras cosas, es adictivo. Lo malo es que no es demasiado saludable como sustancia adictiva 🙂 Si en tu caso se trata de esa adicción, no debes sentirte débil, ni que cuando vuelvas a tomarlo sea un fracaso; es una cuestión física, de que tu cuerpo se ha acostumbrado, no de falta de voluntad…
Dicen que escribir es una buena adicción…
Aiss hija, eso es como cuando yo me pongo a dieta, chungo. Pero bueno, mucho animo, que todo se consigue en esta vida si se lo propone uno. Pues no hay gente que deja de fumar, beber, drogarse…
Javier, eso dicen. Para mí es una tortura a la que me someto de vez en cuando, en mis momentos más masoquistas. Desde luego no es nada aconsejable en momentos de melancolía o depresión.
Salía antes con una amiga que siempre estaba bebiendo gin-tonic, de lunes a domingo.
Cuando la sacaba por ahí, yo que era la reina de la vida sana (me temo que ya no, ahora bebo siempre que salgo) la ponía de red bulls hasta arriba y acababa como una moto.
Es fundamental el con quien estés. Procura salir menos con gente que lleve «mala vida».
Yo aún no siento «sindrome de abstinencia», pero no lo descarto… je je je.
Cuidate mucho, te seguiré leyendo
Sabes que yo antes no bebia nunca, y ahora nadie me quita mi vodkita… Aunque si hace falta dejarlo, se deja. Por ti todo ^^
Ánimo,
no es que pertenezca a AlAnon, pero ya te he contado alguna vez que casi. Y hace mucho que no bebo (San Patricio no cuenta).
Take care,
Artax
Ahora entiendo porqué te tomaste una coca-cola la última vez que quedamos.