Clutterfuck. Así he decidido definir al desafío de deshacerme del cúmulo de objetos que me rodean y que no me sirven de nada. Viene de la palabra clutter (del inglés, significa revoltijo, cosas que abarrotan y que forman desorden) y, claro, de fuck, como en joder, fastidiar, enmarronar.

Siempre he sido desordenada  (DISCLAIMER: LA FOTO DE LA DERECHA ES SOLO ILUSTRATIVA, NO REPRESENTA, AFORTUNADAMENTE, MI ESPACIO REAL) y con tendencia a guardar cosas. A lo largo de los años he ido acumulando posesiones que no tienen ninguna utilidad práctica, pero que guardaba por educación (porque eran regalos), por razones sentimentales (traían buenos recuerdos) o por ansia consumista. En los últimos años he ido de alquiler en alquiler, así que yo diría que desde que me fui a la universidad, con 18 años, he hecho unas 8 o 9 mudanzas. Y cada vez que tenía que mover cajas me daba cuenta de cómo se habían multiplicado. ¿Es mi vida más completa, más fácil, por tener más cosas? En una sola palabra: no. Claro que muchas de esas posesiones eran libros, y un libro siempre es una posesión valiosa, pero con el tiempo he cambiado de parecer hasta en ese sentido. Tal vez no hace falta tener tropecientos libros, sobre todo si muchos de ellos ni siquiera te entusiasmaron y es probable que no vuelvas a leerlos.

Si hay algo que estoy aprendiendo con todas las cosas que han cambiado últimamente en mi vida, es que hay que cambiar el entorno para cambiar lo de dentro, sobre todo si tienes la fuerza de voluntad más minúscula de la Historia, como es mi caso. Es mucho más fácil no comer cosas que no debes si no están disponibles, es mucho más fácil hacer ejercicio a diario si lo puedes hacer en la comodidad de tu casa y si además hay otra persona que te anima a ello, que te lo recuerda todos los días. Del mismo modo, es más fácil ser productivo si tu entorno está enfocado a la productividad. Y el mío no está mal pero está sobrecargado de cosas (y mi habitación/despacho es pequeñísima, lo cual no ayuda). Quiero pararme a pensar qué cosas son realmente necesarias y útiles y cuáles no. Quiero empezar por lo externo para llegar de nuevo a lo interno y aclararme con algunas cuestiones en las que ahora mismo estoy confusa, todas relacionadas con el trabajo.

Así que me he propuesto que el mes de agosto sea el mes del Clutterfuck, el mes en que le decimos «que te jodan» al revoltijo, a lo sobrante. Y como quiero aclararme con el trabajo, quiero deshacerme de lo que sobre en mi ambiente de trabajo (mi habitación/oficina) para poder deshacerme de lo sobrante en otros aspectos también.

Un nuevo desafío de 30 dias

Como os habréis dado cuenta, esto de los desafíos de 30 días se me da regular (si queréis saber de dónde viene esto de los 30 días, podéis leerlo en este post que escribí el año pasado). A veces lo consigo (no beber, cambiar la dieta) y otras no (meditación, ejem. Ya he fracasado dos veces, ambas por la dificultad de llevarlo a cabo cuando estoy de viaje. Veremos más adelante si a la tercera va la vencida). Empezaré el 1 de agosto y mi reto es deshacerme de algo todos los días durante 30 días. Si a alguno de vosotros os parece algo interesante también para vuestras vidas, os animo a apuntaros y compartir resultados (incluso llevarlo a cabo en vuestro blog también, si lo tenéis). Venga, os estoy avisando con más de tres días antelación 😛

Estas serán las reglas:

  • Desde el 1 al 31 de agosto deberás deshacerte de una cosa a diario (o de un grupo pequeño de cosas parecidas o de la misma categoría, como por ejemplo varios botes de medicamentos caducados: no vale tirar un bote al día).
  • ¿Cómo deshacerte de ellas? Puedes tirarlas, regalarlas o venderlas. En mi caso, habrá una combinación de todo. Las cosas sin valor las tiraré directamente, aquellas que puedan tener algún interés irán a Cudeca (no puedo hablar de Cudeca como organización en general, pero aquí a nivel local hacen un trabajo alucinante). Peeero antes las pondré aquí en el blog, para que si alguno de vosotros está interesado pueda recibir este objeto, gratis (eso sí, pagando gastos de envío y lo que cueste el embalaje, que si nos arriesgamos con el correo ordinario y son cosas ligeritas tendrá un coste muy bajo).
  • Deberás poner un post, artículo o actualización indicando de qué te has deshecho (si tienes blog, pues en el blog, si no tienes, pues en Facebook o donde sea… también puedes pasar por aquí y comentar). En mi caso subiré una foto a diario para que veáis de qué me voy a deshacer. Esto tendrá un propósito doble: daros una «prueba» de que he elegido algo para quitármelo de enmedio y hacer este objeto disponible por si alguien lo quiere antes de donarlo. 
Algunos puntos que podrían ayudar a la hora de decidir qué sobra y qué no:
  • Aquello que no has usado en un año tal vez debería irse: Esto podría aplicarse sobre todo a la ropa, aunque en mi caso es todo más caótico debido al cambio de tallas. Aun así, estoy segura de que tengo ropa que ya no me voy a poner nunca.
  • Acerca de aquello de lo que no estoy segura: Un truco que encontré por internet recomendaba empezar por un rincón de la habitación al azar y dividir todo lo que tengas en tres montones: las cosas que quieres guardar, las cosas de las que quieres deshacerte y aquellas sobre las que no consigues decidirte. Guarda en una caja con fecha de hoy lo del último montón: todo lo que no hayas tocado de esa caja de aquí a un año puede ir al montón de cosas que hay que regalar, tirar o vender. 
  • No pensar en los demás, solo en uno mismo. Muchas veces he guardado cosas que ni siquiera me gustaban porque eran regalos que alguien había elegido con mimo para mí. Por mucho que me pese, y por muy horrible que parezca para con la otra persona, estoy segura de que no me compró ese regalo para que estuviera guardado en una caja o en una estantería sin usarse nunca, acumulando polvo y ocupando espacio muy necesario para mí.
  • Ordenar los recuerdos. En vez de tener todos los recuerdos desperdigados, juntarlos y ver de qué se puede prescindir y de qué no. Lo imprescindible deberá guardarse en un solo lugar, de fácil acceso para cualquier momento en que queramos pasar un poco de nostalgia feliz. Del mismo modo, hay que deshacerse de cualquier cosa cuyos recuerdos tengan connotaciones negativas: no sirven para nada y no son más que bagaje emocional.
  • Acerca de los libros: Pregúntate en serio si volverás a leer ese libro. Si no, ¿no sería mejor que fuera a parar a manos de otra persona que podría darle una vida más útil?
Y poco más. Tengo mucha curiosidad por saber en qué queda este experimento. Aunque viendo todo lo que me rodea ahora mismo sospecho que 30 días no van a ser suficientes.
Empezaré el día 1, miércoles. ¿Alguien más se apunta?

Actualización: Podéis ver todos los clutterfucks que llevo este mes en este enlace.