Para superar con éxito un sábado no alcohólico, visité hoy el Mercadona, famoso por sus estanterías kilométricas de diversos brebajes de precio asequible. Encontré dos bonitas botellas de licor sin alcohol (una de mora y otra de manzana), y hállome probando el de mora en estos instantes. El veredicto: rico, rico. No sé si me ayudará a sobrellevar el mono pero queda muy bonito en el vaso, eso desde luego.

El día de hoy ha sido laaargo, largo. A la vuelta de Granada paramos en Antequera para ver a una amiga y al volver a casa por la costa de Málaga me sentí, una vez más, tremendamente afortunada por vivir en un sitio para el que otras personas ahorran para irse de vacaciones. Los gatos se han mostrado más que contentos por nuestro regreso, y yo más que contenta por poder sentarme en mi butaca y hacer el tonto por Internet, mientras Ebo intenta beberse mi falso licor. Tremendo.