Recientemente encontré una página web muy interesante donde se evaluaba el rendimiento de los principales exploradores de Internet: Google Chrome, Safari, Opera, Mozilla Firefox y Microsoft Explorer. Los resultados no son muy sorprendentes: Chrome gana por goleada y Explorer se comporta de manera nefasta. Aquí podéis verlo todo. Personalmente me costó mucho pasar de Explorer a Firefox en su día, uno se acostumbra a algo y, por mucho que le digan que otra cosa es mejor, le da pereza invertir el esfuerzo y tiempo necesarios para aprender a usar algo nuevo. Claro que ahora ya hay poca diferencia a nivel de uso de un explorador a otro (actualmente uso Chrome) y dicho esfuerzo es mínimo. Un poco como Linux, que antes era un mastodonte para uso exclusivo de tecchies y hoy en día es tremendamente asequible gracias a plataformas como Ubuntu. La única razón por la que servidora, bastante ignorante en cualquier tema técnico, no usa la maravilla que es Ubuntu en comparación con Windows (con Vista ni me atrevo, sigo con XP) es una terrible y trágica incompatibilidad del World of Warcraft con mi tarjeta gráfica al usar Wine (un programita genial que emula Windows para que puedas usar programas incompatibles con Ubuntu). Y una tiene sus prioridades.

Por otro lado, sigo poniéndome las pilas en mil cosas, como de costumbre. Quiero iniciar un proyecto que empecé hace algún tiempo pero que no pude completar. Es mi proyecto de los 30 días (un poco como esa intragable chorrada televisiva llamada 21 días, pero bastante más «light»). Se supone que si haces algo todos los días durante el suficiente tiempo, se convierte en un hábito. Usando este método he medio-conseguido encontrar una rutina tremendamente útil al obligarme a levantarme a las 6 de la mañana, lo que ha mejorado significativamente mi calidad de vida. Hoy empiezo un proyecto nuevo, que ya intenté en su momento y en el que fracasé estrepitosamente: no beber alcohol durante 30 días. Mi récord está en 23, ya que las obligaciones sociales y mi propio gustillo por el buen vino y la buena cerveza siempre me han impedido ser fiel a mi compromiso.

Así que hoy es día 1.