Así que finalmente terminaron mis 30 días de abstemia. Aunque me planteé convertirlos en 60, echaba demasido de menos la lucidez que me concede el alcohol, he de admitirlo, y su labor como lubricante social. Así que ahora toca otro mes de prueba, esta vez bebiendo sólo los viernes. A ver cómo me va.

El lunes comienzo otro proyecto diario de 30 días, relacionado con el ejercicio físico. Para realizar algo que realmente pueda llevar a cabo todos los días, empiezo por algo sencillo, simplemente el compromiso de hacer 30 minutos de ejercicio diario. Así me obligo a que mis paseos matutinos sean periódicos. Quería asociarlos a la meta de escribir todos los días, pero creo que es mejor hacer sólo una cosa a la vez.

Me ha hecho sentirme bastante optimista esto de superar mi primer reto. Siento que tal vez pueda mejorar mi fuerza de voluntad.