Somos la cuarta oleada. Ya no somos Kristeva, ni Steinem. Ya no odiamos a los hombres, sino a nosotras mismas. Reivindicamos la equivalencia desde la báscula hipócrita, reivindicamos el niño y medio desde nuestra esterilidad. Odiamos a nuestras madres, por ser incapaces de cumplir el sueño europeo, y a nuestros padres por besarnos de pequeñas. Ya no queremos ser lesbianas para prescindir del macho, ahora queremos ser bicuriosas con células madre. Fumamos más que ellos, bebemos más que ellos, pegamos más fuerte que ellos. Creemos que el sadomasoquismo nos redimirá, y evaluamos las posibilidades de ser imperfectas con un público ardiente poblado de baremos.
Nuestros principios han cambiado, hasta tal punto de que ya no sabemos cuáles son. La paranoia de la sospecha nos asusta, pero encontramos hiriente la mofa. No podemos seguir adelante, sólo podemos medicarnos y discutir. Somos la cuarta oleada.
Buena descripción de las nuevas feministas/feminoides/feminilistas. Yo no me medico, pero la ansiedad me mata poco a poco y la inseguridad me ahoga. No soy guapa, no soy como esas modelos, ni siquiera tengo la confianza que tiene esa modelo supersize de la foto…
Pero sí intento seguir adelante. Hasta sueño con mejorar lo que sea mejorable.
Agree.
Creo que en parte se nos exige que demostremos que podemos ser mejor que ellos.
¿Desde cuándo se mira mal a la mujer que sólo quiere tener una familia?
Yo lo hago. Mientras me dejo los cuernos para tener una familia, una casa, éxito profesional, cuerpo de escándalo (que va a ser que no…), ser reconocida, considerada inteligente por mis compañeros masculinos…
Ojalá pudiera evitarlo.
Un compañero no tiene por que ser un marido, ni la belleza usar talla 36, ni esa cosa que llamamos felicidad habitar en el «éxito» profesional.
Los referentes externos, la mitad d elas veces sólo sirven para reírse de ellos y darles una patada en el culo.
La desorientación femenina es una muestra más de nuestra desorientación como seres humanos. Yo soy hombre y también me siento un poco así.