No es que sea muy aficionada en general a las cosas invisibles (eso de no poder verlas les quita gracia, qué le vamos a hacer), pero algunas me llaman la atención, sobre todo cuando producen ilusiones ópticas en el diseño, como es el caso de esta bañera de Stern McCafferty:

También es un concepto que funciona bien para los altavoces, como con estos de los suecos People People, que además se montan en casa a lo Ikea:

Muji hace una cosa parecida. No son transparentes pero los montas tú, con una facilidad impresionante (son de cartón). Otro día hablaré del maravilloso rotulador/brocha de Muji (gracias a Alfredo y a Raquel por la recomendación), pero necesitaré más tiempo y mucha más saliva:

Pero, volviendo al tema de la bañera, no hay nada como el agua para aprovechar realmente los efectos de la transparencia. Y si no, que se lo digan a los afortunados clientes de este hotel de las Maldivas:



P. D.: Justo hoy he terminado la entrega más reciente del Proyecto Poema. Lo que estoy sopesando, dada la fragilidad del original y otros factores que ya os explicaré, es enviar una copia en vez de ésta. Aunque por fin empiezo a tomar decisiones acerca de adónde va encaminado el Proyecto, cada vez me cuesta más desprenderme de los originales, y con las copias tal vez se pierda un poco el concepto original de enviar obras manuscritas. Por otro lado, la tinta de color y el papel fotográfico salen caros. Decisiones, decisiones.