Y por alguna razón que se te escapa, parece que se te cuelan entre los dedos. Los escribes, sí, los anotas en una libreta, tal vez en el calendario y en la agenda, pero a la hora de la verdad, eres incapaz de compaginar tus tareas diarias con tus objetivos últimos.
Lo interesante de este tema es que no es tu culpa. Tal vez te sientas un poco inútil si te pasa esto, pero resulta que a nuestro cerebro se le da fatal compaginar una motivación mayor (a largo plazo) con algo más cercano. Probablemente por eso (y por otras razones) existe el "ya lo haré mañana" o el "voy a beberme esta litrona entera de cerveza sin respirar".
En mi artículo más reciente explico algunas maneras que podrían ayudarnos a resolver este problemón. ¡Pincha aquí!: |
Cómo saltar en el espacio y el tiempo para alcanzar tus metas de escritura
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