Aunque es una pregunta que llevo haciéndome casi desde que empecé, años ha, con aquel Exhibicionismo primario, creo que no la había plasmado seriamente hasta ahora.

¿Qué debe ser un blog? Quiero decir, ¿qué espera la gente de un blog o, en concreto, de tu blog?

Personalmente me siento culpable al decir que no me gustan los blogs serios y cultos. Leo blogs para divertirme, así que siempre preferiré blogs divertidos, graciosos, entretenidos, o que por lo menos digan algo interesante sin comenzar a divagar durante interminables párrafos llenos de datos.

¿Cómo de personal?

Confieso que tampoco me interesan en gran medida los blogs personales, aquellos cuya función máxima es el desahogo del autor. Sin embargo, comprendo perfectamente la necesidad del blog para expresar lo que sentimos, como en una especie de diario (semi)público que nos ayuda a enfrentarnos a nosotros mismos al leerlo como si fuéramos un espectador más. Este tipo de blogs tienen más sentido para el que escribe que para el que lee, por lo que no suelen ser, por lo general, muy llamativos (a no ser que tu concepto de blog «personal» sea colgar fotos de oscuras prácticas orgiásticas llevadas a cabo en tu casita de la playa).

Dicho todo esto, hago examen de conciencia y me pregunto, ¿qué puedo ofrecer en mi blog? No debo ser muy seria y concienzuda porque seré pedante y aburrida; no debo ser muy personal porque cansaré a los lectores con mis quejas y lamentos; por otro lado, para ser divertido uno tiene que ser divertido y yo, aunque tengo mi peculiar sentido del humor pseudo-británico, tampoco voy a ganarme la vida en el Club de la Comedia. Y como resultado intento ofrecer un poco de todo.

Luego voy y me acuerdo de que, al fin y al cabo, es mi blog, y aunque importen los lectores, también importa el sentido que tiene para mí. Y echo algo de menos la libertad del principio, cuando nadie sabía quién era Charlotte, y sólo era una chica algo alocada que contaba sus tonterías y dejaba mensajes para sus amigos más íntimos. Cuando podía poner barbaridades sin pensármelo demasiado.

Por otro lado, en conjunto, el blog ha supuesto una especie de liberación. Me ha ayudado a combatir algunos demonios particulares, y aunque algunas palabras, algunas denominaciones siga sin poder decirlas clara y abiertamente, ha significado poder asistir a reuniones, convenciones, mantener correspondencia con otras personas sin tener que ocultar partes significativas de mí, ya que estas ya se habían expuesto anteriormente.

Así que no es nada gratuito el nombre que tenía mi blog original: …Y el exhibicionismo.

¿Qué es, para vosotros, vuestro blog? ¿Y qué buscáis en los blogs de los demás?