
Siempre pensé que sería más fácil llevar una vida ordenada en casa de mis padres, frente al habitual caos que suele reinar en mi vida con V., por la sencilla razón de que V. fomenta la persona caótica que soy, debido a que sus frecuentes arranques de inspiración, sobredosis de ideas y amor por la indecencia en general se parecen tremendamente a mi propia inclinación. No sé si V. ya era caótico antes de conocerme, si yo he sacado su lado caótico o si él ha exagerado el mío. Sin embargo, V. siempre es muy consciente de las cosas que son importantes para mí, por lo que llevar cierto régimen respecto a horarios de sueño, ejercicio y dieta era mucho más fácil de lo que habría pensado, sencillamente porque su apoyo es siempre total (todavía recuerdo los múltiples escondites en los que guardaba sus botellines de cerveza cuando yo estaba haciendo esos 30 días abstinentes; o más bien no los recuerdo porque conseguía que acabasen en lugares que nunca hubiese imaginado). Sin embargo, mis queridos padres son harina de otro costal. Su maravillosa actitud laissez-faire que tan bien me funciona cuando paso con ellos temporadas cortas ahora está resultando ser difícil, y la casa paterna está siempre llena de manjares exquisitos, buenas botellas de vino y está ubicada de manera, por decirlo sin alargarme demasiado, incómoda, para cualquiera que necesite un gimnasio o simplemente una zona transitable. Todo esto resulta, como os podéis imaginar, en desastre.
El problema principal es que mi mente está en modo «transitorio». Ni ON ni OFF, sino una cosa intermedia. Como todo es una situación no definitiva, no sé muy bien qué hacer ni qué expectativas tener de nada. Tengo algunas ideas acerca de lo que quiero pero no están muy perfiladas ni sé muy bien cómo llegar hasta ellas, y la indecisión me mata. No sé cuál es el siguiente paso, y el siguiente paso es siempre muy importante para mí.
Así que a lo mejor lo más importante ahora mismo es empezar de nuevo. Recolocar mis metas, por lo menos las que tengo claras, aquellas que se refieren a salud y mejoría personal. Sólo tengo que superar Nochevieja para empezar otra vez (y lo de Nochevieja va a ser más difícil de lo que parece).
Leyendo: A Lion Among Men (la tercera parte de Wicked).
Escuchando: La banda sonora de Scott Pilgrim, en mi cabeza.
Querida Charlotte:
No puedo empezar a decirte cuán identificada me siento contigo, sobre todo respecto a este tiempo intermedio e indefinible que transcurre ahora en tu vida. En la mía también existió ese espacio este año. Varios meses en los que regresé a casa de mis papás y la pobre rutina que pude haber tenido alguna vez se fue al carajo. Ellos también son extremadamente permisivos, tal vez más de la cuenta, tal vez más de lo que desearía (ah, estupidez humana). Levantarme tarde, comer a deshoras, abandonarme a un modo de vida muy decadente, y TODO en los confines de la casa paterna. Es extraño y triste a la vez, y supongo que personas con más iniciativa y menos pereza harían algo extraordinario en ese lapso (escribir, por ejemplo). En fin, aunque ese periodo ya se terminó en apariencia, volver a la ciudad y al mundo freelance me está costando trabajo. Sigo con los horarios volteados y las energías bajas, con poco trabajo y pocos ingresos (ay, ya vine a quejarme por acá). Fuera de lo «miserable» que esto pueda sonar, lo lindo de todo es que también guardo una esperanza para el año nuevo. De alguna manera siento que todo mejorará con el cambio de aire, que voy a recuperar una buena rutina -levantarme temprano, ejercicio, alimentación moderada, trabajo concentrado, vida social saludable- y precisamente eso es lo que leo acá. ¡Lo lograremos! *con el puño en alto*
Por otro lado, si algún día se me hiciera ir a España, me encantaría tomarme un calimocho contigo 🙂
Abrazo!
Querida Lilián,
curioso saber que estás, o has estado, en la misma situación. Pecamos de padres maravillosos.
Gracias por los ánimos, viniendo de ti valen por diez. Sería maravilloso si algún día te pasaras por aquí a compartir un buen vino o, en su defecto, un mal calimocho 😉
Abrazos y feliz año nuevo.
Espero que la Nochevieja fuera fácil de superar, a pesar de los efectos secundarios.
Aquí, para lo que sea.
M.
Contigo siempre es todo más fácil 😉
Me ha gustado mucho el post, suena positivo y con los ovarios y los pies muy bien puestos.
Supongo que es cuestión de tiempo que vuelvas con V. a tu caos habitual. Supongo que es lo que hace que nos demos cuenta de lo que vale esa persona con la que compartimos nuestras vidas.
Espero que este nuevo año sea mucho mejor, más creativo y que no te queden sueños que realizar.
Muchos besos,
S.