Hace algún tiempo, cuando todavía existía la comunidad naranja, Cyberdark, que ahora es una magnífica página de venta online de libros de género fantástico, intenté explicar a un grupo de personas de qué iba el relato «Roog», de Philip K. Dick. Algunos aficionados a Dick habían leído este relato y se habían sentido seriamente decepcionados, ya que a su juicio el cuento no tenía pies ni cabeza. A mí siempre me pareció ingenioso y divertido y recomiendo su lectura. Hay una copia aquí, aunque no me queda muy claro si eso es piratería literaria, algo de lo que mejor hablaré en otro momento, ya que mi situación de editora me coloca en una posición peculiar (el otro día estuve discutiendo con Víctor sobre si aceptar el cheque-soborno de Cedro. ¿Y si aceptara el cheque que Cedro cobra en mi nombre (quiera yo o no) a las copisterías y a los que fotocopian el 10% permitido de mis libros? ¿Y si luego donara el contenido íntegro de dicho cheque a una copistería? No me digáis que no tendría su gracia).
Sea como sea, volvemos al tema de Dick. Para los que os lleváis bien con el inglés, os recomiendo este genial artículo del escritor, donde sale mencionado Roog. Para los que no, leed Roog de todas formas.
No, no es piratería. Es préstamo. Difícil tu situación como editora, sí: como tipo de negocio estáis en el punto de tener que renovaros bastante drásticamente o convertiros en funcionarios como quieren hacer las discográficas; os deseo en cualquier caso lo mejor 🙂
Respecto a Roog, no recordaba haberlo leído hasta que lo he leído ahora en tu enlace otra vez… A mí me parece genialmente escrito y provocando las sensaciones que Dick quería provocar, especialmente la de irrealidad, magistralmente (teniendo en cuenta la sencillez de su lenguaje).
A mí me encanta, aunque sea un Dick muy atípico.
Con respecto a CEDRO, reitero mi postura: en un principio me negué a ver un duro de esa «organización», pero yo ahora voto por cobrarlo y dárselo a alguien que esté pagándoles canon, llámese copistería, librería o lo que sea. Total, van a ser cuatro duros, pero mejor cuatro duros en nuestras manos para dárselos a quien nosotros veamos correcto que en las suyas.
Por cierto, ¿son cosas mías o esa versión no se corresponde con la traducción de Minotauro?