Sombra
Grande grande esta persona
tamizando, tapizando, tapando
repiqueteando las sogas las cadenas los grilletes los lazos
grande grande este revuelo de tripas mierda y chicles de fresa
y cristales y tortura y espejos y lúpulo/canis lupus
y veneno y dióxido de carbono
y agua y ojos que resbalan de sus cuencas
y sangre de mi sangre y pájaros muertos
y gatos sin cabeza
Hoy me ha visitado la mujer de gris
en forma de bolígrafos sin punta, cucharas para venado rojo y catedrales interminables
soy pequeña otra vez, soy débil y soy víctima
soy enorme otra vez, soy fuerte y soy bestia
afilado oh qué afilado
consumiendo, enfriando, transformando en ceniza.
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Cuando fjpérez me sugirió tratar el concepto jungiano de sombra, me pareció un tema de lo más interesante. Yo estaba más familiarizada con la terminología de Freud, y de hecho reconozco sentir cierta fascinación por el superyo, más incluso que por el subconsciente al que intenta controlar. Pero la presentación de sombra de Jung es muy tentadora, y cuando me puse manos a la obra me di cuenta de que éste iba a ser un poema muy difícil, ya que implicaba analizar todas las cosas de mí que simplemente sospecho, aquellas con las que mi persona me obliga a enfrentarme de manera continua. Hay un subsuelo en mi conciencia con el que estoy en continuo contacto, que es el de la sexualidad y el de la violencia, aparte de los generales sentimientos de inseguridad, debilidad, vulnerabilidad, etc. Es difícil analizar mi subconsciente precisamente porque algunas cosas son exclusivamente de su territorio. Precisamente por eso, escribir algunas palabras me resulta casi intolerable. Muchas de las imágenes presentadas en el poema son imágenes oníricas recurrentes, otras hacen referencia a partes de mí que nunca van a salir (espero) a flote, o a las que sólo dejo salir de vez en cuando a jugar (pero con correa). 

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