Y no son de vértigo porque sean muy altos, sino porque Prada se ha inspirado en coches clásicos de los cincuenta. A mí me parecen muy originales, y muy bonitos, que es más de lo que puedo decir de las colecciones de ropa que pueden encontrarse para este 2012 en su página web (un poco como si mezclaras los estampados más horribles de los ochenta con la ropa más baratuna del armario de tu abuela). Más zapatos de esta curiosa colección aquí.
Leyendo: El nombre del viento, de Patrick Rothfuss
Escuchando: Cualquier cosa de Chopin o de Schubert.
Resulta obvio, a mi modesto parecer, que los clientes de Prada son personas que se encuentran cómodas en la enormidad y el exceso (esta nueva colección hace que los zapatos de Manolo Blahnik parezcan unas simples pantuflas de andar por casa) y disfrutan como un gorrino en un maizal llamando la atención allá por donde van. Me imagino que bellísimas mujeres como Kate Hudson (vestida siempre con atrevidos modelitos de Versace y Dior) son las candidatas ideales para lucir sin complejos este tipo de zapatos. A título personal, he de decir que siempre me han gustado los complementos un poquito más sobrios, al estilo de Salvatore Ferragamo o Louis Vuitton pero da igual, el corpiño de cuero ha agotado mi presupuesto anual para caprichos, agasajos y dádivas de cualquier orden.
¡Vuelvo a encontrarme felizmente arruinado! ; )
Vil Traidor
¿Qué está sonando? «Si me pagaran un millón de dólares por este poema»
Pero qué bancarrota tan placentera 😀
Reconozco que soy más de Versace y Dior, por lo menos en lo que a diseño se refiere, que de Ferragamo (aunque me atrae) y Vuitton (que realmente no es de mi gusto). Y lo mío con los zapatos es una relación amorosa profunda. Por otro lado, el gasto que supone este tipo de marcas llega a parecerme muy frívolo y derrochador, no puedo evitarlo. Soy amante de las buenas gangas, me gusta el diseño de alto nivel en liquidación 😉