Tengo una idea muy estúpida que quiero llevar a cabo, si mi sentido del ridículo lo permite. A mí no me va a hacer ningún bien, en principio, pero creo que sí puede hacérselo a mucha gente. No me atrevo a decir de qué va todavía, aunque llevo varios días dándole vueltas, primero porque quiero concentrarme y terminar los proyectos actuales que tengo, segundo porque no sé si servirá de algo o si alguien se prestará a colaborar, y tercero porque la gente más cercana a mí seguramente se reirá de mí y me dirá lo que ya sé, que es una idea muy estúpida.

Pero bueno, también se rieron de mí cuando dije que quería montar una editorial. Fue una idea tremendamente estúpida, estupidez por la que aún estoy pagando, y a la vez posiblemente una de las mejores cosas que he hecho.

Si reúno valentía os la contaré, pero tenéis que ser conscientes de que es una tontería. Prometed sólo que no os reiréis.

Por cierto, mi nuevo artículo en Lecturalia va sobre escritores y drogas.