Algunos carteles divertidos que he encontrado paseando por mi querido pueblo:
Sí, ya, que te la van a devolver.
A saber qué historia hay ahí…
Pero lo bueno de los pueblos, aparte de los carteles disparatados, es escaparse a comer a sitios perdidos por los montes, baratos y con camareros encantadores:
Idílico, ¿verdad?
Así da gusto pasar las tardes del sábado.
Jejejeje, veo que tu móvil nuevo tiene cámara… 😛
Me mola el de la Nintendo, pobretico el chaval.
Por cierto, en Motril hay sitios más idílicos jejeje
¿Ese restaurante está por el camino del río? tiene buena pinta, a ver si un día nos hinchamos a birras. El relato sobre al que se le ha manchado el anorá debe ser muy importante para haber puesto un cartel, seguro que en el anorá se han quedado restos orgánicos.
Es el Maitena, más allá de Güéjar Sierra (¿o es Huéjar Sierra? No me entero con estos nombres raros). A ver si dentro de un sábado de estos quedamos todos para ir a comer allí. Lo de hincharse de birras está bien si no eres el que conduce… vaya carreteras…