La nueva novela de Vórtice, Cristales de fuego, de José Antonio Suárez:
En un Universo dominado por las cinco potencias de Flangaast (humanos, rudearios, drillines, arbineos y narolianos), sólo la Asociación de Libre Comercio, un conglomerado de naciones libres que no quieren ser sometidas, puede detener la invasión del pequeño sistema de Hiloda, uno de los principales proveedores de lumenio, un mineral superconductor a temperatura ambiente en el que se basa gran parte de la economía de la galaxia.
Pero, ¿por qué no intervienen las grandes potencias? ¿Qué son las singularidades que han aparecido en el sector de Beta Hidra? ¿Por qué los Cinco de Flangaast han apostado fuertes fuerzas militares cerca de ellas?
Tal vez la respuesta puedan darla, entre otros, Simón Daldasarre, un humanimal al que se le ha introducido la matriz de personalidad de un famoso escritor de novelas baratas, o Cleo, un humano al que acaban de despedir de su trabajo, obsesionado con la ViRed y con su matrimonio fracasado.
O quizás la clave de todo la tengan razas alienígenas que, hasta ahora, se habían limitado a observar desde la distancia… esperando la hora de actuar.
¿Space opera?
Puede que me interese…
¿Flangaast? ¿No será «landsraad»? ¿Asociación de Libre Comercio? ¿No será la CHOAM?, ¿lumenio, en el que se basa gran parte de la economía de la galaxia? ¡¿La especia Melange?! ¿Qué clase de refrito de Dune es este?
🙂 La he leído ya como tres o cuatro veces, y créeme si digo que no hay absolutamente ninguna similitud entre Dune y «Cristales de fuego». En todo caso, no es la primera novela que José Antonio sitúa en este universo particular que ha creado, un universo tan alejado del de Herbert que, simplemente, no hay ningún (y lo digo sin ninguna cautela) punto en común entre ambos.
En la(s) novela(s) de Herbert Landsraad tiene un significado muy distinto. De hecho, etimológicamente hablando, tiene un sentido muy claro. En el universo de Suárez no, es como si se compararan los orígenes de las palabras «Bundestag» y «Pacto de Varsovia» (la primera hace referencia a una entidad política de representación «territorial», en cierto sentido «federal»; la segunda a una estructura derivada de un hito histórico, que como tal adopta el nombre de dicho hito o de cosas relacionadas).
Lo de «Asociación de Libre Comercio» existe ya en la actualidad, y algo parecido se ve en muchos universos ficticios del cine y la literatura: es la consecuencia lógica de observar la realidad, una realidad en la que todo tiende a concentrarse en unas pocas manos, lo cual hace pensar que lo lógico es que las corrientes minoritarias aúnen esfuerzos en contra de las grandes (se puede comprobar viendo cualquier telediario, por no poner un ejemplo demasiado exhaustivo).
El lumenio, en contraposición a la melange, no es primordial. De hecho, su producción ni siquiera es exclusiva de un solo planeta. Si la melange, en términos actuales, podría ser el petróleo (y vaya drama si sólo se pudiera extraer de un país), el lumenio sería más bien como el wolframio: es necesario, pero no es de conocimiento común que lo es. [Nota: buscar wolframio en la wikipedia, por ejemplo].
Ya digo, no hay absolutamente ninguna similud entre los universos de Herbert y José Antonio. De hecho, apostaría lo que fuese a que nadie que leyera esta novela (u otras del autor) podría nombrar ni un solo hecho al que acusar de «refrito». Qué palabra más fea, sobre todo en boca de alguien que, desgraciadamente (dado lo bueno que es José Antonio, lo bien que escribe y lo divertidas que son sus novelas) no la ha leído.
Y todo esto sin desmerecer a Herbert, por supuesto, que por lo menos tiene un par de novelas más que buenas (una de ellas magnífica).
Pues enhorabuena a José Antonio y a sus flamantes editores; espero que tenga mucho éxito y se venda como churros 🙂
Habiendo podido leerla en primicia (gracias amigos Parnasianos), no puedo sino recomendarla encarecidamente.
Ci Fi, humor, aventura, y uno de los personajes más atípicos que me he encontrado en una novela de género… entretenimiento en estado puro.
Que mono el bichejo de la portada, parece el hijo secreto de Ford Farlaine y un oso hormiguero.
¿Los tendran en faunia?
HK
Yo me pido uno para Navidad. ¡Y además hablan!
Pero no ganaría para tabaco y alcohol.