Porque dije que, de hacerlo, lo haría vestida de rojo de Valentino en la Alhambra. No, no es que hayan derruido la Alhambra para hacer un centro comercial o un aparcamiento, como siempre temía Violante al levantarse por las mañanas, sino que Valentino se ha retirado del mundo de la moda. Y lo más triste es que conceptos como elegancia, sensualidad y feminidad se marchan con él. Cuantos más desfiles veo (por la tele y en las revistas, claro, ya me gustaría a mí verlas en vivo y en directo… o tal vez no), más convencida estoy de que hay poca pasión e innovación real en la moda. Creo que estoy de acuerdo con las palabras de despedida del gran Garavani: «Me aburre continuar en un mundo que ya no me dice nada. Hay muy poca creatividad y demasiado negocio». Un poco como el mundo editorial, sólo que por lo menos en el género fantástico hay poco negocio y una gran dosis de creatividad, aunque sólo sea para intentar salir del hoyo.
Escuchando: La Gran Familia Dango, también conocida como «canción que se te mete en la cabeza y no hay quien la saque». Me está desquiciando y sí, la estoy escuchando directamente desde mi propia cabeza.
Leyendo: Manuscritos. La catedral del mar ha ido de regreso a la estantería.
Aún temo encontrar un aparcamiento en la Alhambra… Qué pena, ya no la vemos desde la ventana como antes, ¿eh Charlotte? privilegiadas que éramos…
Siempre te podrás comprar un vestido de Valentino, de los ya diseñados. Así que no hay excusa jejeje. Yo quiero que te cases para ponerme un vestido de Chanel, hale.
Siempre te podrás comprar un vestido de Valentino, de los ya diseñados.
Eso te iba a decir. 🙂
Me temo que no sería lo mismo 😛
Una amiga mía pensaba casarse con un vestido largo, palabra de honor, rojo de Valentino. XD