A raíz de poner en Facebook esta foto, varias personas me pidieron, bastante emocionadas, la receta:

¿Qué es? Pues un trifle, uno de los postres tradicionales ingleses que suele comerse durante las Navidades. Hay muchas formas de hacer un trifle, pero a mí esta, de mi madre, me encanta. A continuación os dejo la explicación de cómo se hace; es fácil pero laborioso, y hay que tener cuidado con algunos detalles, todos dirigidos sobre todo a la apariencia y a la presentación, que es el factor principal de este postre. Por ello, recordad que debéis usar un receptáculo transparente, si no pierde un poco su sentido. No voy a dar cantidades precisas, ya que estas deberán adaptarse al tamaño del bol que uséis, sino que me concentraré más bien en las proporciones.

Ingredientes:
Magdalenas cuadradas
Gelatina de frambuesa o de fresa
Vino de jerez (tipo Pale Cream o similar)
Fruta en almíbar
Custard o natillas
Nata montada
Hundreds and thousands o virutas/bolitas de colores para decoración de repostería.

Lo primero es hacer la base. Corta las magdalenas en cuatro trozos, y remójalas bien en el vino de jerez. Ve colocando los trozos hasta cubrir la base del bol, preferiblemente con la parte exterior (la más tostada) de las magdalenas pegadas a la pared del bol (queda más bonito visto desde fuera). Ahora toca la gelatina. Haz un poco de gelatina siguiendo las instrucciones de la marca que hayas elegido (la cantidad dependerá de cómo de grande sea el bol, piensa que quieres hacer una capa que cubra la base que ya has hecho de magdalenas). Si quieres, puedes usar el almíbar de la fruta como parte del agua con la que haces la gelatina. Cuando la gelatina ya esté medio cuajada, échale la fruta (escurrida) y mézclala bien. Luego, coge una cuchara y rellena los huecos que hayan quedado entre las magdalenas de la base. Después haz una buena capa sobre esa base con más gelatina repleta de fruta.

Ahora, haz otra capa de magdalenas remojadas en jerez, cortadas en cuatro trozos. De nuevo, cúbrela de otra capa de gelatina con fruta, acordándote de rellenar antes con gelatina los huecos que hayan podido quedar entre las magdalenas (la idea es que desde fuera no se vea ningún hueco ni agujero y todo quede lo más compacto posible. ¡Ya casi tienes hecho el trifle!

Cubre tu trifle con custard (si lo encuentras, nosotros siempre usamos la marca Ambrosia, que es la mejor de las que hemos probado) o con natillas. Las natillas deben estar ya frías pero no cuajadas del todo, y la mejor forma de colocarlas es la siguiente: con un tenedor echa primero las natillas por el borde, para que cubran bien la parte del bol que queda a la vista. Apretad un poquillo, incluso, para que quede como en la foto y se cuele a través de la capa inferior. Una vez hecho esto, esparcid con el tenedor el custard hacia el centro, hasta que hayáis cubierto todo el trifle.

Mételo en el frigorífico hasta que se enfríe todo bien. Nosotros generalmente lo hacemos de un día para otro, para que todo esté perfectamente asentado, pero yo diría que necesita como mínimo cinco o seis horas de enfriamiento para que esté en su punto. Antes de servir, decora con nata montada y con las bolitas de colores (o con cualquier otra cosa que quieras, pero no recomiendo el chocolate); procura no hacer esto hasta el último momento ya que las bolitas de colores enseguida empiezan a decolorarse y a manchar la nata, y la nata, por otro lado, perderá volumen.

Hala, ya tenéis un delicioso trifle. A la primera puede que no salga perfecto; a lo mejor decides que te gusta con menos jerez (o con más), o que se te ha ido la mano con la gelatina o con las natillas. O a lo mejor haces cantidades obscenas, como hace mi madre, solo para poder llenar tu bol favorito de IKEA. Pero os aseguro que cada vez os saldrá mejor, y con lo bueno que está, realmente merece la pena.

Por supuesto podéis probar con otros ingredientes, como bizcocho clásico en vez de magdalenas, gelatinas de otros sabores, determinados tipos de fruta u otros licores que no sean de jerez (un amigo mío lo hace con Pedro Ximénez y asegura que sale buenísimo, pero sospecho que solo será para los amantes de lo muy dulce, también hay quien lo hace con brandy). Internet es vuestra amiga y os aseguro que encontraréis mil variaciones para esta receta. ¡Buen provecho!