Entre octubre de 2007 y septiembre de 2008, un estudio se llevó a cabo en las ciudades de Toronto, Nueva Delhi, Amán, Auckland, Manila, Ifakara, Londres y Seattle. Se observaron los datos, procesos y resultados de 3955 pacientes, y las conclusiones se publicaron en enero del 2009 con una noticia interesante: las listas de verificación salvan vidas.

Esto de las listas de verificación en el entorno médico no era nada nuevo, pero todavía no había llegado a la cirugía. El uso de la lista de verificación para cirujanos, recomendada por la OMS, fue una implementación con resultados asombrosos. Obligar a los cirujanos a revisar una lista de acciones antes de sus operaciones redujo el índice de muertes y complicaciones quirúrgicas más de un tercio en estos ocho hospitales tan diferentes. También se redujeron de forma notable las complicaciones posteriores a la operación y el índice posterior de muertes relacionadas. Ni que decir tiene que el proceso comenzó a adoptarse en muchísimos más hospitales alrededor del mundo.

¿Qué tiene esto que ver con la escritura?

Bastante, de hecho.

Uno de los problemas más comunes para implementar estas sencillas listas es la respuesta de profesionales médicos. Muchos de ellos aseguran que ya llevan a cabo las acciones de estas listas de todos modos. Dicen que no las necesitan.

listas de verificaciónDoctor, ¿está seguro de que "descorchar botella de Dom Perignon y servir blinis con caviar" tiene que ir en la lista postoperatoria?

Y, sin embargo, la observación de procesos y resultados indica que no es así. Atul Gawande, uno de los pioneros de esta famosa lista de verificación, insiste en que muchísimas muertes y complicaciones son evitables. Dice que se producen por despistes, ignorancia y muchos factores más que pueden eliminarse con una buena organización, administración y nombramiento de puestos destinados a limitar este tipo de desgracias. No os diré en qué proporción morimos por este tipo de razones, porque es francamente deprimente.

Un fallo en tu escritura no va a matar a nadie. Creo. Tal vez algún corrector con la salud delicada pueda sufrir un infarto tras ingerir demasiadas comas puestas tras sujeto, pero por lo general la mala ortografía y narrativa solo producen subidas de tensión y estrés generalizado. Aun así ¿y si se pudiera evitar?

El problema de los errores de los que no aprendemos

Hay errores que no me molestan demasiado y errores que me molestan muchísimo. Cuando cometo un error por ignorancia o por falta de experiencia, me siento mal, como es lógico, pero por lo menos puedo aprender de ese fallo. Si en una novela descubro que no he desarrollado bien los personajes, puedo aplicar ese conocimiento a la siguiente. Si en otra descubro que me falta acción para enganchar a mis lectores, puedo estudiar técnicas para acelerar la acción y crear suspense. Así que de esos fallos salen cosas mucho mejores, que no podría crear sin mis errores anteriores. Esos son errores buenos. Por mucho que conozcamos la teoría de algo, a veces no se nos queda en la cabeza hasta que metemos la pata en la práctica.

listas de verificaciónPor ejemplo, yo no entendí las leyes avanzadas de la física cuántica hasta abrir un portal dimensional por error y permitir la llegada de entidades malignas que traen con ellos el fin de los tiempos. Vamos a morir todos, pero yo he aprendido un huevo.

Los errores que odio son aquellos que podría haber evitado. ¿Alguna vez habéis abierto un libro vuestro y habéis encontrado una repetición o una errata? Es la peor sensación del mundo, porque sabes muy bien que eso no está bien, que tendrías que haberlo eliminado antes de enviar un libro a imprenta. Lo más gracioso del tema es que ese tipo de error suele surgir al corregir, no tanto al escribir la obra.

Hay muchísimos errores que cometo por despiste, distracción o cansancio. Esos son errores malos, porque son errores que no sirven de nada, de los que solo te queda una sensación de imbecilidad.

Del mismo modo, todos esos profesionales médicos que decían que no necesitaban marcar cada tarea de la lista antes de una operación quirúrgica se engañaban. Si realmente cumplieran siempre todas esas tareas, ¿por qué la implementación de esa lista llegó a producir resultados tan tremendamente positivos?

Cómo implementar listas de verificación en tu escritura

Tras documentarme un poco con todo esto de la utilidad de las listas de verificación o checklists, me puse manos a la obra a buscar aplicaciones para el mundo de la escritura.

El mundo angloparlante está lleno de checklists. Estas listas son un recurso atractivo y suelen formar parte del cebo de muchos profesionales: el regalo que ofrecen para que te suscribas a su lista de correo. Como ocurre con casi cualquier herramienta, algunas son muy malas, otras son decentes y otras son realmente buenas.

Cuando busqué en el mundo hispanoparlante, concretamente en el sector destinado a escritores, me sorprendió ver que no encontraba mucho (y que parte de lo que encontraba no tenía aplicaciones realistas ni útiles).

En realidad, lo ideal sería que cada uno de nosotros crease sus propias listas de verificación, desmontando en pasos los procesos que utilizamos en nuestra escritura, aprendizaje, publicación y marketing. No obstante, crear estas listas parte de un conocimiento, de una experiencia que no todos tenemos.

He intentado reunir aquí las áreas en las que podríamos usar nuestras propias listas y donde podemos encontrar algunas listas ajenas de utilidad.

1. A la hora de escribir

Hay muchas preguntas que puedes hacerte antes, durante y después de una sesión de escritura.

  1. Tengo 20 que te propongo aquí,
  2. pero puedes incluir preguntas sobre emociones,
  3. sobre personajes,
  4. sobre ambientación
  5. e incluso velocidad.

Puede parecer una tarea ingrata, pero crear una lista personalizada de lo que necesitas de tu escritura y revisarla en tus sesiones te ayudará a optimizar el trabajo realizado. Coge cualquiera de mis listas, que evidentemente son incompletas, y añade lo que a ti te interesa.

listas de verificaciónRecuerda que toda lista de verificación que se precie debe incluir una enumeración de los mejores puntos de venta donde adquirir lápices gigantes.

También tengo una lista de verificación para crear escenas, que personalmente me ha sido de GRAN utilidad. Esta pertenece a los artículos que he ido enviando a mi lista de correo, por lo que no está disponible en el blog. Puedes verla aquí, pero recuerda que si quieres más artículos de este tipo, tendrás que suscribirte a mi lista.

2. En tu corrección

Cuando escribí 70 trucos para sacarle brillo a tu novela, incluí al final una lista de preguntas rápidas (basadas en cada apartado del libro) para que el lector, una vez entendidos todos los apartados, pudiera tener acceso sencillo a un repaso práctico a su obra. Con el tiempo, me di cuenta de la utilidad de esta lista, tanto que ahora la regalo a cualquier lector del libro que me lo pida por email, para que pueda imprimirla y tenerla a mano (al principio, 70 trucos solo estaba disponible en eBook). Vosotros también podéis verla o descargarla aquí, aunque aviso de antemano que, para entender bien lo que implica cada pregunta, lo ideal es leer el libro completo.

Creo que una lista de corrección es una de las mejores cosas que puedes hacer en tu escritura. Puedes usar la mía y puedes añadir otras que traten cuestiones en las que sabes que sueles caer. Diana P. Morales también tiene una lista donde revisa asuntos como la voz narradora, la verosimilitud de los diálogos o el desarrollo argumental. Muchos autores apuntan sus fallos más comunes y luego verifican, punto por punto, que no los han cometido en su obra.

Pero hay muchas más cosas para las que encuentro que una lista de verificación puede ayudarte.

3. En tu lanzamiento

Cualquiera que haya sacado un libro sabe que si te pones, puedes crear una lista de tareas interminables. Contactar con reseñadores, pedir a tus lectores más fieles que dejen opiniones en Amazon y compartan el libro en redes, lidiar con los tiempos técnicos de Amazon y otras plataformas, escribir artículos para promocionar tu libro en blogs, crear contenidos audiovisuales, convencer a tu lista de correo, enviar servicios de prensa, solicitar copias de prueba, encargar materiales gráficos con los que crear expectación, programar anuncios, intercambiar promociones con otros escritores… y así todo lo que quieras y más.

Ahora está muy de moda tener lo que se conoce como street team, un grupo de lectores fieles que se movilizan para realizar ciertas acciones en el lanzamiento (compartirlo en sus redes, listas de correo y blogs, dejar reseñas y realizar todo tipo de acciones promocionales coordinadas, generalmente recompensadas con avances exclusivos del libro). Coordinar a estas personas también implica cierta organización (¡y motivación!).

Elijas las opciones que elijas (que dependerán de tu género, tu público y tu plataforma), un lanzamiento tiene trabajo (sobre todo si publicas en la industria tradicional, donde el lanzamiento es lo que define el éxito o fracaso del libro). Crear una lista de acciones que puedas ir tachando es una manera excelente de que no se te olvide ni descoloque nada. Y muchos sabemos lo fatal que puede ser organizar toda una serie de actividades relacionadas con un lanzamiento y que luego calcules mal el tiempo de salida en Amazon, por ejemplo.

Es difícil conseguir una buena lista de verificación ya hecha. Muchos de los que tenemos nuestras listas somos reacios a compartirlas: nos ha llevado mucho tiempo de experimentación ver qué nos funciona y qué no. Y el buen funcionamiento de algunos de nuestros tiempos y trucos dependen, precisamente, de que otros no actúen del mismo modo.

listas de verificaciónEscritores avezados buscan la lista de lanzamiento de Dan Brown tras OTRA falsa pared escondida en su mansión caribeña.

Generalmente las mejores listas son de pago, por razones evidentes. Ahí va una pequeña selección, tanto a la venta como gratuitas:

  1. Puedo asegurar que la de Ana González Duque es muy buena (está incluida en su curso de visibilidad online).
  2. Sinjania tiene una lista muy digna disponible en su web y además ofrece un taller especializado en relación a esta.
  3. Chandler Bolt tiene una lista pormenorizada en Book Launch que es fabulosa y que me funcionó muy bien con 70 trucos, pero que hoy en día habría que adaptar a las nuevas exigencias del mercado en Amazon.
  4. No hay un proceso único. Si examináis la lista de Steve Scott, por ejemplo, y la de Scott Allan, veréis que son distintas (e incluyen medios de los que aquí no disponemos, como Bookbub o Amazon Ads). Considera siempre al ver una lista de lanzamiento a qué mercado te diriges tú (y, por supuesto, a qué público y género).

Todas estas listas mencionadas pueden darte ideas, pero lo cierto es que esto cambia casi a diario. Lo mejor que puedes hacer es tomar las mejores ideas de otros y crear tu propia lista. Luego, anota qué ha funcionado y qué no, y prepara tu lista para el siguiente lanzamiento.

4. En procesos complementarios (Y listas de correo)

Algunas listas de verificación en realidad son tutoriales o guías, como la que ofrece Mariana Eguaras para saber qué pasos debes seguir para solicitar un ISBN. Pero la función primordial de la lista de verificación es que por despiste o pereza no nos dejemos nada en el camino. En realidad, puedes crear listas para cualquier proceso medianamente complejo o incluso para asegurarte de no confiarte en los procesos en apariencia fáciles, o para sacarle el máximo provecho a cualquier objetivo. Para esto puedes utilizar listas como la de David Generoso, que te ofrece todo lo que conviene recordar a la hora de presentarte a concursos literarios.

Como habréis podido ver si habéis pinchado en esos enlaces, una buena lista de verificación puede ser también un cebo interesante si dispones de lista de correo. No tienen que ser solo para escritores, también puedes hacer listas (¡o calendarios!) de lecturas para tu público objetivo.

Sobre listas y sistemas generales

Hay listas de verificación que procuran abarcar cuestiones más amplias, como esta que incluye MJ en su guía de supervivencia para el escritor novel. Listas de este tipo son excelentes para orientarte y las recomiendo especialmente en los siguientes casos:

  1. Si acabas de empezar y no sabes hacia dónde tiene que tirar tu camino.
  2. Si has perdido un poco la dirección y necesitas algún tipo de mapa.

No obstante, el proceso de escribir y publicar (y la mercadotecnia involucrada) es tremendamente complejo y cada caso necesitará de enfoques diferentes. Los mapas generales son estupendos, pero también debes siempre considerar tu propio género, público y necesidades. Para esto me temo que puede ser necesario, a veces, una asesoría más personalizada.

Profesionales como Ana ofrecen coaching y yo misma he ofrecido en ocasiones sesiones puntuales de consultoría. Ya, ya. No todos podemos permitirnos ese tipo de asesoría individual. Hablaré más adelante, en un artículo bastante elaborado, de cómo implementar sistemas personalizados. Lo más importante que creo que todos debemos tener en cuenta es que necesitamos:

  1. Objetivos a largo plazo claros y bien definidos
  2. La construcción de una lista de pasos necesarios para alcanzar dichos objetivos
  3. La implementación de una rutina que nos permita un trabajo diario que siga esos pasos con…
  4. La flexibilidad necesaria para modificar nuestra estrategia al ritmo de los cambios que se producirán en nuestro sector y vida personal.

En general, esos cuatro puntos van asociados a una multitud de acciones complejas. Las listas generales pueden ser orientativas, pero repito de forma muy repetitiva que lo mejor que puedes hacer es crear una lista propia, basada en tus propias necesidades y en las de tu público objetivo.

Eso sí, es posible que a estas alturas haya una pregunta crucial que arde en tu interior (cuidao, a ver si eso va a ser acidez en vez de curiosidad). Si eres de esas raras personas que, además de leer, piensa con espíritu crítico, puede que te estés preguntando: pero Gabriella, ¿por qué estás escribiendo un artículo de 2000+ palabras sobre las listas de tareas de toda la vida?

Ah. Ah.

Las listas de tareas y las listas de verificación no son lo mismo

Pero son cosas muy parecidas. Una lista de tareas no implica un proceso ni una meta concreta. Una lista de tareas puede ser todo lo que tienes que hacer hoy, pero no tiene por qué tener un orden ni indicación de prioridades, ni tienen por qué cumplirse todas las tareas en el tiempo designado (hoy).

listas de verificaciónComo vemos claramente en esta imagen, una lista de tareas habitual podría incluir meditar, escribir un artículo en el portátil, sacar una foto para Instagram, apuntar con el dedo a un desconocido, entregar un informe, programar la alarma, actualizar la agenda, arengar a un grupo de personas indignadas, calcular los presupestos del próximo cuatrimestre, contestar a mensajes pendientes de Whatsapp y resolver el misterioso asesinato de la calle Camelias.

A diferencia de una lista de tareas al uso, una lista de verificación implica eso: verificación y/o tachado de cada actividad realizada. Es decir: cada paso es necesario y obligatorio, generalmente deberá realizarse por orden y tiene una meta clara. En el caso del cirujano, todos los pasos son cruciales para garantizar la salud del paciente. En el caso del escritor, una lista de verificación incluirá todos los pasos necesarios para que un texto esté en condiciones, para que un libro se lance con las mejores posibilidades de promoción y venta, para que el relato que presentas a un concurso cumpla las condiciones de participación, etc.

¿Cuándo debo usar listas de verificación?

Utiliza listas de verificación en aquellos procesos importantes para ti como escritor. Plantéate estos tres parámetros:

a) En qué procesos de tu trabajo como escritor tienes mayor índice de error.

b) Qué procesos consideras más importantes.

c) Qué procesos suelen dar los mejores resultados, cuáles son más rentables (en las áreas que para ti son más prioritarios, ya sean visibilidad, prestigio, ventas… Debes tener muy claras tus áreas de prioridad antes de nada).

No voy a pedirte que compartas tus listas con nosotros. Como ya he dicho, las listas son personales, se adaptan a las necesidades de cada persona y en ocasiones son intransferibles.

Pero busca qué procesos te importan, qué procesos son más susceptibles de meter la pata.

Crea tu lista, pruébala y cuéntamelo. Cuéntame también si has encontrado por ahí buenas listas de verificación para escritores.

Si eres un poquito como yo, eres de esas personas que ODIA seguir instrucciones. Si eres un poquito como yo, sufres de escepticismo avanzado respecto a los consejos de los demás.

Pero esto no te lo digo yo.

Lo dicen los números. Lo dicen los cirujanos.


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