Hay una parte misteriosa y muy privada del escritor, de la que no hablamos mucho.
Es una de sus partes primordiales, aparte del corazón, el cerebro, el hígado y el huesecillo del culete. Es una extensión de los que escribimos, como una modificación cibernética, un añadido quirúrgico. Pero mejor.
Hablo de nuestras herramientas.
Hablo de nuestras debilidades: los bolígrafos especiales con los que apuntamos ideas; los cuadernos caros que nos da pena usar porque, sí, son caros, y solo deben usarse para las notas realmente importantes; las plumas que sabemos blandir con orgullo. Todos estos utensilios llevan vínculos emocionales, recuerdos y necesidades, muy diferentes de los que nos proporcionan ordenadores y portátiles genéricos. Nos ayudan en la lucha contra la hoja en blanco, nos inspiran, le dicen a nuestro cerebro que es la hora, es la hora, es la hora de escribir.
Casi todos escribimos ya a ordenador, pero conservamos herramientas más antiguas cerca, muy cerca, ya sea para planificar, tomar notas, organizarnos o simplemente darnos el placer ocasional de escribir a mano. Pensamos de forma diferente cuando escribimos a mano y cuando tecleamos, y el escritor suele sacarle partido a las ventajas de cada formato.
Pero no es solo eso. Para mí es un fetichismo agradable. Entrar en una papelería o una tienda de arte es un placer; mirar con deseo las maravillas expuestas es un gran pasatiempo. Y leí un artículo sobre las herramientas predilectas de los escritores, y me pregunté si, al igual que los entrevistados en aquel artículo, habría más personas como yo ahí fuera, personas para quienes el acto de escribir se acompañaba de devoción hacia sus materiales.
Y resultó que sí.
Esto que os traigo es el resultado. Si pincháis en el nombre de cada escritor os llevará a su página web, cuenta de Twitter o perfil de Ashley Madison. Como veréis, para algunos lo importante es la utilidad (comodidad, calidad, velocidad de escritura…), para otros pesan más los recuerdos y los enlaces emocionales.
Las herramientas personales de 25 escritores*
Victoria Álvarez
Empiezo por Victoria, no por predilección personal (sabéis que soy imparcial como un árbitro comprado), sino porque de todas las geniales fotos que he podido recopilar de mano de distintos autores, creo que las suyas son de las más impresionantes. Yo me considero admiradora de la marca PaperBlanks, por sus exquisitos cuadernos, pero lo de Victoria va mucho más allá:
Colecciono cuadernos desde los dieciséis años y me temo que es un vicio del que nunca podré librarme. Aunque siempre escribo las novelas a ordenador, no puedo ponerme a trabajar sin tenerlo todo anotado a mano: esquemas de las tramas y subtramas, fichas de personajes, árboles genealógicos, notas sobre el contexto histórico y la ambientación… Mis preferidos siempre han sido los de Paperblanks, aunque últimamente Boncahier está sacando a la calle auténticas joyas.
AC Ojeda
Seguro que a más de uno le suena el bolígrafo que usa este diseñador narrativo:
El bolígrafo de cuatro colores me permite hacer diferencias entre las notas que escribo. Así me engaño a mi mismo pensando que soy ordenado, pero al final la cosa termina siendo una anarquía cromática.
Aroa Zamorano
Aroa se dedica a hacer a mano libretas que encantan a los escritores, así que no puedo evitar incluir un par de sus imágenes. Se trata de cuadernos cuyas tapas han sido «esculpidas» con arcilla polimérica:
Este año he pasado por momentos emocionalmente muy duros. Como mecanismo de defensa me dio por las manualidades. Cómo juntar la pasión por los libros con la de las manualidades? Empecé a hacer portadas de libros y de cuadernos. Y me encanta.
Para más libretas hechas a mano, echadle un ojo también al trabajo artesano de La armadilla invencible e inspiraos con este artículo de Literautas sobre los diferentes tipos de cuadernos del escritor.
Caroline Corpas
Mi amiga Caroline marchó hace años a Irlanda y ahí se quedó. Ahora escribe en inglés, y hasta sus libretas hablan ese idioma:
No puedo decir que escriba a mano. Lo he hecho cuando no he tenido mas remedio, pero yo soy de escribir a ordenador. Por rapidez y facilidad, la verdad. Aun así, me encantan los cuadernos. No se pueden tener suficientes cuadernos en esta vida. Y claro, me gustan los bonitos, pero los de espiral de toda la vida también. Este lo compré por internet para tomar notas de las ideas que se me ocurren, normalmente cuando estoy fuera, pero también cuando estoy en la cocina, jugando con los críos o a punto de irme a dormir. Más de una vez he tenido que encender la luz para apuntar algo que se me pasó por la cabeza justo antes de dormirme. Un cuaderno bonito me sirve mucho de motivación, cuando lo veo simplemente me dan ganas de escribir.
Guillermo Jiménez
El autor del blog Lecturonauta me trae dos fotos, una de su bolígrafo favorito y otra del cuaderno steampunk de su novia, Elena de Paz Nieto.
Dice Guillermo:
Desde que probé este tipo de bolígrafo me enamoré. Fue lo único que me permitía escribir lo bastante rápido para terminar un examen de economía a tiempo. Lo uso para todo, sobre todo para anotar ideas y giros, en la libreta que tenga más a mano. Es rápido, consistente, no calca a la otra cara, dura bastante, y su agarre es comodísimo. Desde entonces no uso otro tipo de bolígrafo.
Rubén Pozo
Este escritor nos trae un par de bolígrafos peculiares y un buen montoncito de cuadernos:
Siempre llevo conmigo estos dos bolígrafos: uno lo compré en el museo de Sherlock Holmes en Londres, ya que es un personaje al que le tengo un afecto muy especial. También tengo mi bolígrafo vikingo (sin cuernos en los cascos, para ser históricamente correcto) que me regaló mi novia hace un par de navidades y del cual no me separo. También voy cargado con mis libretas, donde vuelco mis historias, ocurrencias y desvaríos.
David Olier
Me encanta cómo ha enseñado aquí David, en una sola foto, toda su «caja de herramientas»:
«Un cuaderno para el caminante, dos bolígrafos para el inquieto, cinco post-it para los personajes, dos rotuladores para la pizarra, un portátil para gobernarlos, atraerlos y atarlos a mis tinieblas y música para dominarlos a todos».
Me gusta anotar mis ideas «en bruto» a mano, y a ser posible fuera de casa. Me encanta salir a la calle con mi cuaderno bajo el brazo y vomitar palabras sin parar. La escritura a mano tiene un poder mágico en mi cuando de crear historias se trata.
Trasladar esas ideas a la pizarra de cristal les da una fuerza mayor y las convierte en algo más serio, y darles color con los post-it los convierte en unas mini-obras de arte.
Aunque el resultado escrito siempre estará en mi portátil. No escribo tan rápido a mano como con un teclado, y además, por mucho que me guste escribir a mano, a veces mi letra no la entiendo ni yo.
Juan Antonio Fernández Madrigal
A Juan Antonio ya lo entrevisté por aquí, pero no sabía que era tan aficionado a cuadernos y bolis como el que más. Comparte conmigo el gusto por los Pilot V5, y su libreta deja entrever su profesión «de día»:
Te mando foto de bolis. Me encantan los bolis. Me encantan los cuadernos. Me encantan las secciones de papelería y no te digo ya las tiendas que son papelerías.
Eso sí, cada vez más tomo notas y escribo en el PC, y uso menos el boli y libreta. Eso no puede ser bueno.
Otro día, con más tiempo y menos fotos, podemos hablar de la diferencia entre escribir a mano y ordenador, y acerca de si se están perdiendo la cursiva y la escritura a mano en general. Pero ahora pasemos a la siguiente invitada:
Carmen Romero
Voy a contaros algo sobre mi amiga Carmen, con la esperanza de que sepa perdonarme algún día. Cuando estudiábamos juntas en la facultad, se colaba en las aulas entre lección y lección y recogía bolígrafos y lápices que los demás habían dejado olvidados. Ni que decir tiene que siempre tenía un surtido maravilloso:
Ana Bolox
Ana me envía fotos de su cuaderno (un lugar de recortes, imágenes incluidas) y de su esquema en Scrivener:
-La primera foto es mi cuaderno de notas. En él apunto todo lo que me llama la atención y que encuentro susceptible de ser incluido en alguna historia.
-También hay modernidad en mi vida: la segunda es una captura de Scrivener, mi programa favorito entre los favoritos para escribir.
Isabel Garrido
Isabel me trae plumas. A mí me hacen muy feliz las plumas, pero reconozco que recurro a otros útiles, por lo general, por vaga. Sí, por no tener que salir a comprar cartuchos de tinta:
La primera de las plumas, la azul, es una Lamy Safari. Fue mi primera pluma, una adquisición más que necesaria porque tengo problemas de tendinitis en la muñeca y gracias a ella escribo con más fluidez y sin terminar dolorida. El cuaderno de la foto es regalo de una de mis mejores amigas.
La segunda pluma es una Inoxcrom 2000, de mi padre, un regalo suyo. Tiene una elegancia en el trazo que me encanta, tanto es así que alterno el uso de ambas. Aún así, la Inoxcrom es la niña mimada por el lazo sentimental obvio.
Gema Moratalla
Como ya le dije por email, me gusta la foto de Gema porque incluye tres de mis cosas favoritas: PaperBlanks, gatos y Battlestar Galactica:
Siempre uso cuadernos bonitos (y/o frikis) para mis apuntes cuando voy a talleres de escritura o voy a una charla o presentación de libro. Están llenos de ideas propias (que luego voy reciclando cuando escribo), teoría sobre escritura creativa, ejercicios, pruebas, citas, títulos de libros que pasan a mis lecturas pendientes… etc.
Mimmi Kass
Mimmi comparte mi afición por los pilots de colores y las PaperBlanks (es difícil no amar a esta marca, cuando ves ese expositor lleno de maravillas llamándote, gritando tu nombre):
A mí me es imposible teclear directamente. Necesito garabatear.
Me encantan las libretas de Paperblanks y también prefiero los pilotos V5, de muchos colores, que voy cambiando a medida que corrijo.
Después, tecleo a limpio en el Surface.
Sandra C. Gallegos
Sandra también tiene una buena colección de bolígrafos y libretas, y cada herramienta tiene una historia, un recuerdo:
Lo cierto es que a mí siempre me gustó escribir a mano. De hecho, mi primera novela la escribí entera a mano, así que imagínate el trabajito después para pasarla a ordenador… Y guardo la mayoría de bolígrafos que he utilizado, ya que muchos tienen un valor sentimental al ser regalos de seres queridos o recuerdos que yo misma compré viajando. La mayoría, claro, ya no pintan, pero son tan bonitos que no he querido tirarlos y, además, me han acompañado durante mucho tiempo. Así que se quedan conmigo 😛
Sobre las fotos, he hecho unas cuantas de diferentes bolígrafos con algunas de mis libretas, las dedicadas a dos de mis novelas: Magia Medieval y Bajo el cielo azul de primavera. Como verás, tengo muchos de diferentes lugares: Granada, Irlanda, Roma… y algunos normales, claro. También hay uno con mi nombre que me regaló mi padre y, cuando descubrí dónde lo había comprado, allá que fui y pillé dos bolis más con los nombres de dos de mis personajes.
Gloria T. Dauden
Siempre agradezco las fotos de Gloria, ¡todas son de cosas bonitas! Por cierto, ¿sabíais que acaba de sacar un libro de relatos eróticos?
Adoro las libretas bonitas, las colecciono. Algunas incluso me las hago con mis propias ilustraciones o se las compro a amigos artistas. Las uso para anotar ideas, tramas, personajes, escenarios, referencias… Son fundamentales. La escritura en sí la realizo directamente en Scrivener (no soporto «pasar a ordenador»). En las libretas me gusta usar bolígrafos de colores, pero con un bic normal me apaño si hace falta. Lo esencial es que la libreta me inspire, que me grite con entusiasmo: «¡Vamos a crear!». Además, utilizo fluorescentes para remarcar las ideas principales, normalmente mientras tomo té de una taza también ilustrada (muchas veces con algo relacionado con lo que ando escribiendo. En la foto: ilustración de Gener de los protagonistas de una de mis novelas).
Santiago Eximeno
Santi me envía una foto de una herramienta muy peculiar: la Pomera DM20:
Es una Pomera DM20, una maquinita japonesa con pantalla de tinta electrónica y un teclado pegable. Es ligera, portable, adorablemente retro y perfecta para escribir, ya que solo permite escribir en japonés e inglés, lo que me obliga después, al volcarlo al ordenador, a revisar todo a conciencia. Y revisar a conciencia es esencial. Ah, y funciona con dos pilas AAA. Hermoso.
Ana Campoy
Ana habla de la filosofía del lápiz con goma:
Puede parecer una chorrada, pero no lo es. El lápiz-goma representa toda una filosofía: la de «no temas borrar».
Yo planifico en libretas. Y en esa fase procuro que no haya nada grabado a fuego (algo que me da mucha libertad y no me encorseta).
Por eso el lápiz-goma es la herramienta perfecta (sé que puede borrar, corregir, reescribir…).
Además, es ideal para llevarlo por ahí porque va todo integrado. Y si además también quieres dibujar, la mina del lápiz es más agradecida que el boli.
Todo son ventajas.Siempre lo he reivindicado: lápiz-goma forever.
Pilar Llompart
¡Que levante la mano quien tuvo una Lettera! (Pilar y Gabriella levantan la mano, entusiasmadas):
Cuando era una niña, le pedí a los Reyes Magos que no me trajeran más muñecas, sino que me trajeran una máquina de escribir. Mi madre siempre dice que ella y mi padre pensaron que para regalarme una máquina de juguete, mejor me regalaban una de verdad. Y así fue como llegó mi querida Olivetti Lettera 10. Escribí durante toda mi infancia y adolescencia. Y un día la abandoné.
La volví a recuperar hace dos años, gracias a que mi pareja me consiguió cintas y me dijo que ya no tenía excusa para no volver a escribir… Ahora solo escribo textos muy, muy importantes y personales con ella.
Para mi día a día, cuando las musas se acercan a mis oídos y me susurran historias, tengo estas libretas que tienen el tamaño ideal para llevar en el bolso. Soy una fanática de las libretas, sobre todo de las de tapa blanda y con papel a cuadros. Aprovecho los trayectos en tren desde el pueblo donde vivo hasta mi trabajo en la ciudad para leer/escribir.
Berna Wang
Para la escritora y traductora Berna Wang las cosas cambiaron mucho cuando se pasó a la tableta:
Es mi nueva tableta. Harta de escribir en papeles y libretas que ocupan sitio (resulta que me mudo de casa con relativa frecuencia) y se pueden perder, pero sin querer renunciar a escribir a mano (se piensa distinto), quería algo que me permitiera escribir a mano, y subrayar y anotar archivos PDF, y archivar el producto en un disco duro. Llevo resistiéndome mucho tiempo a comprarme otro chisme más (aunque reconozco que me encantan), pero estas funciones no las tengo ni con el ordenador ni con el Kindle ni con el móvil.
Sarah Manzano
Sara le da, como yo, a los bolis de colores y a las tazas del Gato Preto.
A la hora de escribir suelo utilizar mucho más el ordenador y la tablet, pero reconozco que soy absolutamente incapaz de resistirme a bolis y rotuladores de colores y a las libretas. Podría montar una papelería con lo que tengo en casa. Me gusta utilizar las libretas para apuntar las ideas, guías de capítulos, posibles nombres y demás chorradas cuando empiezo un nuevo proyecto, y me resultan imprescindibles los postis de colores para intentar organizarme (ejem).
Y, por supuesto, lo que no puede faltar, bajo ninguna circunstancia, es té. Mucho té.
Virginia Pérez de la Puente
Como podréis ver, Virginia es una chica muy organizada:
Lo del cuaderno de los colorines es el calendario interno que me hago para cada novela con el desarrollo de las tramas (cada trama va en un color, y un circulito significa que ese día hay un capítulo de la trama de ese personaje). Lo que hay en la carpeta de clip es mi calendario, sobre todo referente a la promoción, aunque también señalo si he hecho o no los ‘deberes’ literarios. El cuaderno negro cerrado es el que llevo en el bolso, y está lleno de cachos, escenas, ideas, borradores y flechitas varias. El cuaderno abierto es el que uso para hacerme los esquemas definitivos de las novelas y apuntar los datos y detalles relevantes para que no se me olviden. Y el cuaderno marrón de El Hobbit es un moleskine que me regaló mi hermano y que aún no me he atrevido a estrenar (se supone que es para apuntar ideas y escenas y lo que se me ocurra, pero es taaan boniiiito… <3). Luego te incluyo los rotus de colorines que uso para los calendarios, y el único tipo de boli que utilizo para escribir: el pilot v5 negro. Si no hay pilot v5 negro, no escribo ni la lista de la compra. Llámame raruna =)
Darío Rodríguez
Darío es alguien que necesita sentir el acto físico de la escritura, más allá del tecleo y de lo electrónico:
Sólo escribo a mano. Porque tengo que saberlo cuando lo hago. Mis vértebras, mi sangre y mis huesos también deben comprobarlo.
Los dedos, las articulaciones y los huesos también deben enterarse del acto de escritura. Escribir es saber —por la piel y los músculos— que se escribe.
Yolanda Díaz de Tuesta
Parece ser que a algunos escritores les gusta aprovechar agendas y dietarios para sus anotaciones, como vimos antes en el caso de Ana Bolox, y como hace Yolanda:
Yo uso los dietarios de cada año, sin más. Por mucho que ya vivamos en el mundo de la informática, me sigue gustando tenerlos a mano y anotar en ellos las cosas que tengo que hacer, como citas de médicos, reuniones con amigos o asuntos de trabajo.
Y como eso no ocupa mucho espacio, hace años también empecé a escribir en ellos todas las ideas que se me van ocurriendo para nuevas novelas o relatos, además de cualquier detalle de documentación que vaya recopilando.
Para tener siempre acceso rápido a alguna información en concreto, uso post-it amarillos de tamaño pequeño. Infalible.
No me vale cualquier dietario, por cierto. Siempre uso este modelo que veis, de tamaño pequeño (me caben en el bolso sin problema), con un papel que me resulta muy agradable.
Para escribir en ellos, mi Pilot Vball 0.5, imprescindible. Necesito sentir que la tinta se desliza sin resistencia
Y cierro esta lista de materiales con mis propias imágenes. ¿Qué? ¡No pensaríais que os ibais a librar de mi momento exhibicionista!
Aunque tengo un buen montón de libretas y bolis maravillosos, últimamente he redescubierto el placer de escribir a mano con libretas básicas A4 de dibujo. Las compro en papelerías de barrio o en los chinos: el papel es grueso y sin líneas; puedo garabatear como quiera y disfrutar de rotuladores de punta fina de colores, de mi Pilot v5 (siempre mi favorito) y de cualquier boli que encuentre por ahí y que me resulte cómodo.
Nada extraordinario, ya veis. Es mucho más divertido enseñaros lo que pasa cuando te fastidias la muñeca y te ves obligada a escribir con la zurda:
Y cierro ya el artículo con un pequeño añadido final. Así es, voy a enseñaros las herramientas que usa José Antonio Cotrina para escribir sus libros:
Y, vosotros, ¿cuál es vuestra arma de escritura masiva?
*No, malpensados, no es ESE tipo de artículo.
Nota: Si te ha gustado este artículo, también te gustará este sobre cómo y dónde escribimos, y este, su segunda parte.
Otra nota: Seguro que lo sabéis ya, pero aprovecho para recordaros que cuento y comparto muchas más cosas en Twitter y en Facebook.
Si te ha gustado este artículo, acuérdate de compartirlo. También puedes apuntarte a mi lista de correo (envío artículos que son solo para mis suscriptores, solo dos veces al mes). Y si te gusta el contenido del blog en general y quieres leer más cosas mías (o simplemente echarme una mano), prueba a hojear alguno de mis libros:
70 trucos para sacarle brillo a tu novela: Corrección básica para escritores. ¿Has escrito una novela o un relato y no sabes cómo enfrentarte a la revisión? ¡Yo te ayudo! Disponible en Amazon.
- Puedes ver reseñas del libro en la propia Amazon y en Goodreads.
Lectores aéreos (relatos con toques de fantasía tenebrosa): Disponible en Amazon y Lektu (¡solo 2,99 €!).
- Puedes leer un avance gratuito aquí.
- Puedes leer reseñas aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí. Y hasta en 20 Minutos, aquí.
- Si tienes un blog o web de reseñas y te apetece leer y reseñar este libro, puedes pedirme un ejemplar de cortesía en gabriella(arroba)gabriellaliteraria.com.
Puedes ver más libros míos aquí.
Yo uso para escribir un portátil Samsung que compré con el primer premio literario que gané (un tercer premio, por cierto) y que ahora no tiene batería y que utilizo conectado a un teclado más grande para mayor comodidad. Por supuesto, un buen puñado de libretas me sirven para anotar ideas, pero yo no soy de Post-it. Un artículo muy divertido, por cierto. 🙂 ¡Saludos!
Yo me negaba a usar post-it, ahora de vez en cuando los uso para marcar algo en un libro (alguna frase o cita que me llame la atención), pero por lo general tiro de la cámara del móvil y Evernote. También tengo un miniportátil que solo uso para mis maratones de escritura (un Asus EEE), al que le conecto un teclado más cómodo y un ratón). En el fondo no nos hace falta más que lápiz y papel, pero me parece a mí que nos encanta probar diferentes experiencias de escritura para dar con nuestra favorita 🙂
Siempre había pensado que era la única que era feliz en las papelerías y comprando bolis. Veo que no, menos mal. Yo también soy muy de Pilot V5 y de libretas bonitas. Ya se lo digo a mis amigos, por mi cumpleaños nada de ropa, con un boli soy feliz.
Oh, sí. Creo que con cosas de papelería conmigo siempre se acierta en los regalos. Uno de los mejores que me han hecho fue una pluma Parker, y mira que la uso poco por aquello de tener que andar comprando cartuchos… ¡pero es taaan bonita!
A mi siempre me ha gustado mucho escribir a mano, me ayuda a concentrarme (y eso que soy zurdo y me mancho la mano de tinta con una facilidad pasmosa). En mi trabajo muchas veces se extrañan al verme escribir algo en un cuaderno o en una libreta para luego pasarlo al ordenador, pero sencillamente no soy capaz de abrir el Word (por poner un ejemplo) y comenzar a escribir. No me sale. En la universidad me pasaba igual: tenía todos los apuntes en formato electrónico, pero antes de ponerme a estudiar me hacía a mano resúmenes que a veces eran el texto tal cual… ¿Y para que me sirve escribir tanto a mano?, pues para mejorar la letra no, desde luego.
Me ha gustado mucho el articulo, y ese final… ESE MAGNIFICO FINAL.
Mi breve incursión en el mundo zurdo me dejó con mucha compasión por los que tenéis que lidiar con los manchurrones, desde luego. Lo de apuntar cosas y los resúmenes para estudiar es lógico, aprendemos y entendemos cosas mucho mejor cuando las escribimos.
Me alegro de que te haya gustado el final. Para que se vea que cada escritor tiene sus… herramientas especiales 😉
Yo al principio me dedicaba a cubrir gran cantidad de hojas A4 con mapas, guías, hojas de personajes,… para descubrir que cuando más lo necesitaba, ya había perdido el papel que necesitaba.
Es por eso que ahora lo tengo todo organizadito en archivadores (no he podido dejar las hojas) y lo compagino con el uso de libretas (más fáciles de mover).
Esa es buena idea. Yo hacía lo mismo, y metía los folios sueltos en una carpeta. Pero al final me di cuenta de que me iba mejor usar una libreta: más rápido y menos necesidad de andar archivando y desarchivando papeles.
Y respecto a lo digital, es lo bueno de programas como Scrivener, que te permiten meter todos los documentos sueltos en un solo proyecto, para tenerlo todo a mano.
Interesantísima entrada, gabriella :p
me ha hecho desearr un programa para escribir. pero viviendo el mundo en el que vivimos quisiera ser pragmático. todos los que he estado tanteando les falla algo (scrivere, ywrite, yarny, gingko, etc). es decir, la pregunta sería: ¿conoces/conocéis algún programa de estos que tenga tanto la versión online como la offline? (y si puede ser con versión móvil también; y gratuito, of course).
muchas gracias! 😉
Yo es que para escribir no he visto nada superior al Scrivener, la verdad. No es gratis, pero merece su precio sobradamente (y de vez en cuando lo ponen a mitad de precio).
¡Me ha encantado esta entrada! Yo también soy una gran amante de la papelería, tengo mil libretas y cada una tiene un uso distinto (aunque son un poco más cutres que las que hay aquí). Y de bolis tengo… pues el primero que pillo de mi escritorio.
Me encanta poder ver las colecciones que tienen otros escritores. La verdad es que hay libretas realmente preciosas, pero soy de esas personas que las comprarían y después no les darían uso por pena.
¡Eso es lo malo! Yo tengo un par que las miro y suspiro, pero al final me he animado a usarlas y no me arrepiento en absoluto. Lo único mejor que una libreta preciosa es una libreta preciosa llena de cosas 🙂
[…] Bolis, plumas y cuadernos: 25 autores nos enseñan sus herramientas de trabajo […]
Me ha encantado el post, soy muy curiosa y amo los artículos de papelería, así que es muy interesante ver lo que usan otros artistas. Me ha gustado mucho la reflexión sobre el lápiz con goma que hace Ana Campoy, me da ganas de dejar mi pluma (Lamy, por ciento, un regalo reciente después de perder la de bambú con mi nombre grabado que me regalaron unos amigos…) Lo del bolígrafo de cuatro colores también es una muy buena idea para organizar las cosas! Gracias por la inspiración a todos los autores 🙂
Ana es muy lista, pero aquí tengo que llevarle la contraria: no debe dejarse de lado una pluma por nada del mundo 😛
Por otra parte, creo que todavía existen esos rotuladores que sirven para borrar tinta (funcionan sobre todo con plumas), así que a efectos prácticos es lo mismo que tener una goma a mano.
Oh… es cierto, se me habían olvidado esos rotuladores… ¡tendré que hacerme con uno de ellos pronto! Y tienes razón, yo no podría vivir sin mi pluma…
Tengo una Parker que me encanta, y siempre se me olvida comprarle recambios… a ver si hoy me acuerdo. Es que da pereza, además, son muy caros y no sé si ese formato también lo venden marcas genéricas.
Hola Gabriella. Yo uso dos Parker. Anteriormente he usado Lamy, Kaweko y Sheaffer. Todas las he amado; pero irremediablemente se me han perdido en el transcurso del tiempo. Para economizar y agilizar el tema del recambio de cartucho de tinta es que compro tinta en frasco, con una jeringa fina (que nunca boto) extraigo del frasco y se la inyecto a un antiguo cartucho ya vacío. Funciona.
Ah, el otro día en una tienda de chinos vi esos rotuladores «borrapluma», por cierto, así que imagino que por ahí tendrás fácil conseguirlos también (tal vez en Poundland, si todavía existe).
Yo no puedo evitar escribir a mano, tengo bolis de todos los colores, cuadernos en todas las formas y post-it, hasta para regalar, de hecho me pasa algo muy curioso y es que últimamente me quedo en blanco frente a la pantalla del computador, pero enseguida tomo un cuaderno y sencillamente fluyen las ideas a millón. Lo engorroso del asunto es tener que pasar casi toda una novela escrita en un cuaderno, al portátil, pero bueno…cuando amamos escribir, esas cosas pasan a ser secundarias. Tengo a mi hermano, que no hace más que buscar la forma de evitarme ese trabajo y me muestra todo lo que sale de tecnología, para ver si me animo a comprarlo y ahora está insistiendo con un programa; Dragon Speaker o algo así, no recuerdo bien. La cosa es que se supone que le puedo dictar lo que escribo sin problemas y me ahorra tiempo. Dicen que es un 99% acertado en cuanto a el reconocimiento de voz, así que lo tendré que probar,porque lo que si es seguro, es que el programa que viene por defecto en los computadores para reconocimiento de voz, es pésimo!!
Un saludo
«últimamente me quedo en blanco frente a la pantalla del computador, pero enseguida tomo un cuaderno y sencillamente fluyen las ideas a millón».
Me pasa exactamente igual.
Lo del Dragon Speaker me lo apunto, aunque no sé yo cómo me llevaría como el tema de reconocimiento de voz. Creo que me daría la risa tonta, y mira que estoy acostumbrada a leer textos en voz alta para corregir su ritmo.
Yo hace tiempo que encontré mi equipamiento perfecto:
-Pack de 500 hojas de navigator de 80g
-Pluma Lamy Safari M, con cartuchos de tinta negra de Inox Crom
-Perforadora
-Carpesano
-Libros de bibliografía y ordenador para procesar el texto al terminar el primer borrador
Tengo ganas de probar esas plumas 😀
Hoy ha tocado leer como cuatro o cinco entradas tuyas (que no es poco, llevo frente al ordenador un buen rato) y la carcajada que me ha sacado la última foto me obliga a comentar y a decirte que necesito tatuarme tu blog enterito. Tantas buenas entradas seguidas son mucho para mi cerebro. Te entiendo con lo de las libretas, cada vez que veo una original acabo haciendo sufrir a mis bolsillos, pero al final siguen ahí vacías, mirándome desde la estantería, debería sentirme mal… Voy a contemplarlas otro poco más mientras sigo sin usar ninguna.
[…] Bolis, plumas y cuadernos: 25 autores nos enseñan sus herramientas de trabajo […]
Me ha gustado mucho el artículo. Personalmente, siempre tengo a mano una libreta para tomar nota, tengo decenas y me encanta verlas en las papelerías. Me las compraría todas. En cuanto a la herramienta para escribir, tengo un lapicero Faber Castell de hace más de 25 años y continúa comprando las minas de 2 mm. Es con el escribo tanto a nivel personal, como profesional. Por supuesto, en Pilot V5 (negro o azul) siempre me acompaña y el que considero imprescindible Mac Book Pro de 13″ de 2009, en el que termino volcando todas las ideas. Me encuentro inmerso en un relato corto y una novela, mis primeras obras. A ver si lo consigo.
Gracias por este espacio.
Genial entrada👏👏👏. Yo soy de Pilot vball 5.0 negro y cuadernos de notas Moleskine o Gusti Leder.
[…] estas cosas… o a lo mejor, sí, porque a muchos os gustaron los artículos que hice sobre los lápices, bolis y cuadernos que usaban otros escritores (¡con […]
¿Eso que veo en la foto de AC Ojeda, sobre el cuaderno, es una pieza de Lego? ¡Que alguien me saque de la incertidumbre de qué función puede cumplir en su labor creativa!
En cuanto a mí, durante mucho tiempo escribí a mano, con pluma, en cuadernos de lo más cutre posible; no sé si es que no existían los bonitos o si sencillamente no llegaban a donde yo vivía. Luego me pasé a las cuartillas, sobre todo esas que cogen el amarillo de vejez prontito… Más tarde descubrí el dictáfono, ese artefacto diabólico pero tan bohemio… finalmente, me di cuenta horrorizado del tiempo brutal que se te va pasando todo eso a ordenador. ¡Y sólo eran notas e ideas en su gran mayoría!
Desde hace ya bastante, entre lo que acabo de decir y la tendinitis crónica, lo hago todo a ordenador; uso tablet para esos momentos en los que no lo tengo a mano (recuerdo un buen rato de escritura furiosa en el aparcamiento de un Ikea durante este último Nanowrimo) y colecciono cuadernos bonitos que jamás usaré porque, sinceramente, ¿qué se puede escribir en ellos que esté a la altura de semejante belleza?
Yo soy de pluma estilográfica M.B. Meisterstück 149. pero ahora estoy utilizando 2 plumas chinas que van muy bien compradas por internet a muy buen precio. Una es la Kaigelu 316 y la otra una Jinhao 159.Como libreta utilizo algún dietario de otro año y libretas tipo Moleskine de algún bazar chino o de Flying Tiger.