un cuento a la semana

Hay preguntas sin respuesta, preguntas que vagan inánimes, perdidas, en el mundo de la escritura.

Son preguntas devoradas por el sinsentido del debate y de la conclusión imposible. De los ataques irritados y de los egos malheridos.

Nos preguntamos cosas de vital importancia, como: el escritor ¿nace o se hace? ¿Es compatible el arte y el oficio? O ¿se liga más por ser escritor?

Hay otra que creo que ha preocupado a la mayoría de los escritores en algún momento de sus carreras:

¿Calidad o cantidad?

¿Es mejor escribir poco y bien o mucho y rápido?

Tampoco hay una respuesta clara para esto. Hay muchos matices y aclaraciones. Se puede escribir mucho y bien, si sabes cómo. Se puede escribir poco y mal (de hecho, diría que esta es la combinación más frecuente). Se puede escribir muy rápido y en grandes cantidades y luego invertir mucho tiempo en reescritura y corrección. Y dedicar diez años de tu vida a un solo libro no tiene por qué ser una obsesión con la calidad: puede ser más bien una forma de evitar tener que enfrentarte a la inevitable publicación. No hay una respuesta definitiva. Pero hay perspectivas que nos hacen tender hacia un lado u otro.

Quiero contaros una historia

La leí por primera vez en el blog de James Clear, pero él a su vez lo había cogido del libro Art and Fear de David Bayles y Ted Orland. No sé si la he contado antes aquí, en persona lo he hecho unas cuantas veces.

Va de un profesor de cerámica que dividió a su clase en dos grupos. Todos los que estaban a la izquierda del taller recibirían sus notas basadas en la cantidad de piezas que produjeran; todos los de la derecha las recibirían según la calidad de su obra. Su procedimiento era sencillo: el último día de clase pesaría las piezas de los alumnos del grupo de la izquierda: si había cincuenta libras de peso en obras les daría un sobresaliente, cuarenta libras tendrían un notable, y etc. Sin embargo, aquellos a los que se calificaba por calidad tenían que producir una sola pieza, que debía ser perfecta para obtener la nota máxima.

Cuando llegó el día de poner las notas, ocurrió algo muy curioso: ¡las obras de mayor calidad las habían producido los del grupo a los que se calificaba por peso! Parece ser que mientras los del grupo calificado por cantidad/peso estaban ocupados haciendo un montonazo gordo de jarrones de cerámica, el grupo de calidad dedicó todo su tiempo a teorizar sobre qué era la perfección y cómo conseguirla, y tenían poco más que un montoncito de barro triste.

Ocurre algo parecido con la escritura: todos sabemos que la teoría es importante; tenemos que conocer las reglas (aunque luego las rompamos), y toda la información que absorbamos sobre el proceso y acto de escribir pueden ayudarnos. Pero a la hora de la verdad hay algo inevitable: es en la práctica, en la escritura propiamente dicha, donde está el verdadero aprendizaje. Puedes pasarte semanas estudiando cómo colocar las manos y las piernas para nadar bien, pero hasta que no te tires al agua no vas a saber nada en realidad.

Esto engancha con aquel dicho de Bradbury que mencioné hace un par de semanas:

Write a short story every week. It’s not possible to write 52 bad short stories in a row.

Como dice el tito Ray: «Escribe un cuento a la semana. Es imposible escribir 52 cuentos malos seguidos«.

No todos los escritores le dan al cuento. Es un formato muy distinto a la novela, con exigencias diferentes. Pero creo que, sobre todo para los que no llevan mucho escribiendo, es el formato perfecto para afilar las herramientas de escritor y avanzar a pasos agigantados hacia un brillante futuro de prosa tan reluciente que cegará hasta al lector más incrédulo (y con las gafas de sol más bastas y caras). Y, como veréis al final, es posible adaptar este sistema para escribir novela, sobre todo si se escribe por capítulos.

¿Pero cómo puede uno escribir un cuento (o un relato o cualquier narración corta) a la semana? ¿Es eso posible siquiera? El año pasado escribí un relato al mes, y eso ya era cansado. Pero yo creo que escribir un relato a la semana podría tener unas ventajas muy claras:

  1. Un proceso acelerado de aprendizaje. Al escribir tanto aprendemos mucho más rápido. Fracasamos más deprisa, metemos más la pata, cabreamos más a nuestros lectores potenciales. Nos quitamos antes de encima al 90% de mierda.
  2. Fomentamos la adicción a terminar nuestros proyectos. ¿Sabes esa sensación de subidón que te da cuando terminas algo? Sí, eso es adictivo. Hace que tu cerebro baile sevillanas y produzca endorfinas bonicas y bien vestidas. Rompemos con la maldita manía de estar con mil cosas a la vez y no terminar ninguna, porque la parte más aburrida y difícil del relato (la parte del medio) dura poquito.
  3. Tenemos mucho para compartir. Personalmente animo a que los relatos se presenten a concursos, independientemente de la opinión que tengas sobre la validez/limpieza de los concursos en general. Es una manera muy buena de marcarse plazos de entrega y de ilusión. Tienes la sensación de que tu relato va a alguna parte, y la espera de un fallo/respuesta es mucho más corta que si lo envías a una editorial. ¿Que no ganas? No pasa nada. Los reúnes y te haces una antología, o los publicas en tu blog, o en Wattpad, o donde te dé la gana. Pero ya te estás exponiendo a compartir tu obra, al feedback y a la posibilidad de recompensa. Eso para un autor vale mucho.

Y vamos a lo práctico: ¿cómo diablos lo hago?

Tranquilos, que voy al rescate.

Encontré un artículo online donde se proponía un método para escribir un relato a la semana, pero no terminaba de convencerme. Creo que se dejaba fuera algo que creo que es importante: los relatos necesitan tiempo para respirar. No creo que sea buena idea escribir un relato, revisarlo y mandarlo donde sea. Una sola semana puede marcar una gran diferencia: necesitas limpiar tu cabeza, reiniciar y entonces enfrentarte de nuevo a tu texto. Así que he diseñado este sistema, ¡espero que os sea útil!

Ahí va. Cómo hacer un cuento a la semana. Aquí tenéis lo que sería el calendario de un mes. Para el mes siguiente, solo tenéis que hacer repetición de la jugada. ¿Seréis capaces de llegar a los 52? ¿Cómo será el relato número 52 en comparación con el primero? Creo que no hay que ser vidente de televisión de madrugada (¡bendiciones!) para predecir que entre ellos habrá una diferencia sorprendente.


Algunas cosas a tener en cuenta:

Como los sábados y domingos son días más ligeros y de descanso, son los que propongo como días de planificación. Por esto sugiero empezar con un sábado (y por esto los sábados son los que inician este «calendario», pero sentíos libres de coordinarlo con los días de la semana que queráis). Incluyo sábado y domingo en el plan, porque este sistema está pensado para personas que escriben todos los días, pero si soléis tomaros esos días libres, os digo lo mismo: podéis adaptarlo e insertar ese trabajo en otros días que os vayan mejor. Pensad que este es un sistema completamente flexible.

La tarea de escribir una lista de diez ideas se debe a que a veces es mejor darle más vueltas a algo en vez de quedarnos con la primera idea que se nos ocurra (en mi experiencia, escribir otras 9 variantes o subideas mejora de forma espectacular la idea original). Y es muy útil si solo se te ocurren ideas malas: poco a poco irán saliendo mejores.

Si estás totalmente bloqueado/a para tu lista de ideas, recomiendo usar el poder de lo aleatorio. Mira artículos al azar en Wikipedia (en su función aleatoria), mira listas de palabras, busca propuestas de escritura (Literautas tiene un montón)… hay muchas maneras de activar al cerebro con objetos, eventos y relaciones que nunca se le habrían ocurrido por las vías de siempre. Da igual sobre qué escribes; lo importante es arrancarse. Y cuanto mayor sea el desafío, mejor. Aprendizaje a contrarreloj.

No hay un número de palabras fijadas para cada relato. A mí me gusta que mis relatos tengan entre 3000 y 5000 palabras, depende de lo que me pida cada historia. Pero creo que 2000-3000 sería una extensión buena, ya que se adapta a muchos concursos de relato y no es una cantidad demasiado difícil de conseguir en el tiempo estipulado.


Calendario

Semana 1

  • Sábado: Comienza con el primer relato, al que llamaremos Relato 1. Crea una lista de diez ideas para Relato 1. Elige la que más te guste y haz un pequeño esquema o sinopsis del relato que vas a escribir.
  • Domingo: Desarrolla el esquema/sinopsis de Relato 1 hasta tener un esquema de unas 200-300 palabras. Lo ideal sería separar las escenas (tener muy claro qué orden seguirá todo; cuáles son las secuencias).
  • Lunes: Escribe la primera parte de Relato 1. Muchos autores siguen la tríada aristotélica de tres actos para sus cuentos (exposición, nudo y desarrollo). Esto no es obligatorio, pero si sigues esa estructura, este sería el día de escribir la presentación o exposición del relato.
  • Martes: Escribe la segunda parte de Relato 1. Si sigues la estructura mencionada, este sería el segundo acto, el desarrollo del núcleo de la acción.
  • Miércoles: Escribe el final de Relato 1, su conclusión.
  • Jueves: Realiza una revisión/reescritura de Relato 1. Este es el momento en que a mí me gusta «rellenar». Meter detalles, descripciones pertinentes, información relevante. También es un buen momento, paradójicamente, para recortar todo aquello que sobra o no aporta nada.
  • Viernes: Otra revisión al Relato 1. Si cuentas con lectores cero o con algún lector de confianza (aunque solo sea algún familiar o amigo), este sería el momento de mandarle el relato y pedirle su opinión. Recuerda que interesan más aquellas cosas que no les hayan gustado (aunque solo sea por razones puramente subjetivas) que las sugerencias que puedan dar para arreglar esas cosas. Piensa que la forma de escribir/corregir de otros autores o lectores puede ser radicalmente diferente a la tuya. Escucha a tus lectores cero (sobre todo si tienes varios y hay observaciones que se repiten de uno a otro), pero recuerda que lo que te dicen no es determinante.

¡Enhorabuena! Has superado la primera semana. Viernes noche es el momento perfecto para descansar, para leer y para celebrar tu éxito con alcohol/drogas/orgías/maratón de Juego de tronos.

Semana 2

  • Sábado: Empieza con tu segundo relato, que llamaremos (¡sorpresa!) Relato 2. Haz tu lista de diez ideas para Relato 2: eliges la mejor y haces un pequeño esquema/sinopsis.
  • Domingo: Desarrollas el esquema/sinopsis de Relato 2 hasta tener un resumen de unas 200-300 palabras
  • Lunes: Escribes la primera parte de Relato 2.
  • Martes: Escribes la segunda parte de Relato 2
  • Miércoles: Escribes el final de Relato 2
  • Jueves: Es el día de reescribir y/o corregir Relato 2. Y una vez conseguido, es el día de mandárselo a tus pobres y sacrificados lectores cero, y de recompensar su esfuerzo con jamón ibérico, vino del bueno o favores carnales. O no.
  • Viernes: ¿Te acuerdas de Relato 1? Vamos a revisarlo. Sí, toca corregirlo de nuevo. Has tenido una semana para no pensar en él, ahora puedes mirarlo con otros ojos. Y si tus lectores cero son eficientes y majos y les ha llegado bien el jamón, ya te habrán mandado sus impresiones. Incorpora sus sugerencias si lo consideras necesario.

Repetición de la jugada: gran juerga y celebración de viernes noche con viajes en el tiempo, aventuras interestelares, golpes de estado o tequila.

Semana 3

  • Sábado: Aquí la cosa empieza a ponerse profesional. Toca darle salida al Relato 1. Envíalo a una convocatoria, a un concurso, a una editorial, a lo que sea. O publícalo en tu blog, en una web de literatura, lo que quieras. Una vez hecho esto, no pienses más en él, es libre (ahora está en manos de —¡susto!— el receptor). Te toca comenzar con tu tercer relato, muy originalmente nombrado Relato 3 (nota: estos son títulos provisionales. No conviene, al mandar a concurso, llamar a un relato Relato 1, 2 o 3. Siempre interesan más títulos como De lo que aconteció en los picos nevados del Tecugigualpya mientras cazábamos bisontes extintos). Esto ya sabes cómo va: eliges la mejor idea y haces un pequeño esquema/sinopsis. El mayor desafío es conseguir esto con la resaca de la celebración del golpe de estado del viernes. A lo mejor habría sido mejor cerveza que tequila. Te lo dije.
  • Domingo: Desarrollas el esquema/sinopsis de Relato 3 hasta tener un resumen/esquema de unas 200-300 palabras
  • Lunes: Escribes la primera parte de Relato 3.
  • Martes: Escribes la segunda parte de Relato 3.
  • Miércoles: Escribes el final de Relato 3.
  • Jueves: Reescritura y revisión de Relato 3. Toca enviar a lectores cero de nuevo, si es que todavía te hablan (algunos eran del Antiguo Régimen).
  • Viernes: Aquí es cuando vamos a liarla un poco. Hoy te vas a poner a revisar el Relato 2 (¡confuso pero necesario!). Incorpora las sugerencias de tus increíblemente majos y eficientes lectores cero en Relato 2 si lo consideras necesario.

De nuevo, celebraciones y albricias. Planta un libro, ten un árbol y escribe un hijo. Fiestuqui como si esto fuera 1999.

Semana 4

  • Sábado: Ahora le toca a Relato 2 salir al mundo. Envíalo a una convocatoria/concurso/editorial o publícalo en tu blog/web o lo que quieras. Y toca comenzar con Relato 4. Crea una lista de diez ideas para Relato 4: elige la mejor y haz un pequeño esquema/sinopsis.
  • Domingo: Desarrollas el esquema/sinopsis de Relato 4 hasta tener un resumen de unas 200-300 palabras.
  • Lunes: Escribes la primera parte de Relato 4.
  • Martes: Escribes la segunda parte de Relato 4.
  • Miércoles: Escribes el final de Relato 4.
  • Jueves: Reescritura y revisión de Relato 4. Una vez más, debes dárselo a leer a alguien de confianza, si es que te queda alguien dispuesto.
  • Viernes: ¿Te acuerdas de Relato 3? Ahora es cuando hay que revisarlo de nuevo e incorporar las sugerencias de tus lectores cero si lo consideras necesario.

REPETIR. Creo que ya habéis pillado el funcionamiento. Todas las semanas se escribe un relato, se revisa el de la semana anterior y se envía el de hace dos semanas. Al final de este artículo tenéis enlaces a documentos de trabajo, es decir: un calendario completo del sistema para todo el año (52 semanas).

Lo genial de este sistema es que los relatos nunca caducan. Imagínate que estás en la semana 28, y se falla el concurso en el que participaste con el Relato 12. Y no has ganado. ¡No pasa nada! Se incorpora la revisión y reescritura de relato 12 en el día de la semana que más te apetezca, y se envía a otro sitio, ya sea concurso, convocatoria o diario online con fotos de comida. La idea es que los relatos están en constante mejora y transformación. Pensad también que, al cabo de unos meses, tendréis los suficientes relatos para ver cuáles son mejores que otros e ir seleccionando algunos para una posible antología o libro.

Además, otra ventaja: el proceso de escritura en sí es rápido, por el tiempo invertido en preparación y esquemas. A la vez, hay un tiempo importante reservado para revisiones y reescrituras.

En serio, SOLO PODÉIS GANAR.

Como curiosidad, os dejo aquí cómo he adaptado este sistema a mi persona y uso. Yo estoy escribiendo novela, así que lo he modificado para hacer capítulos de novela (los capítulos de mi novela son cortos, de unas 2000-3000 palabras, y más o menos autoconclusivos, así que esto es ideal). Llevo una semana de prueba y por ahora me está gustando bastante, ya os iré contando cómo progreso. Creo que también iré colando semanas en las que escriba relato, por variar.

Últimamente he estado escribiendo mucho a mano, lo cual no es nada práctico, pero me encanta. De ahí que también haya adaptado el sistema para tener un tiempo de transcripción a ordenador:

Esta semana para mí:

  • Sábado: Nuevo capítulo de la novela. Lista de ideas. La mayoría ya las tengo todas apuntadas, de mi periodo previo de gestación, así que me dedico a crear subideas o mejoras, que suelen resultar en una optimización de la idea original. Hago un esquema de lo que tratará el capítulo.
  • Domingo: Primera parte del capítulo.
  • Lunes: Segunda parte del capítulo.
  • Martes: Final del capítulo.
  • Miércoles: Transcripción a ordenador y revisión sobre la marcha.
  • Jueves: Revisión/reescritura/relleno/recortes.
  • Viernes: Revisión del capítulo anterior.

Aunque realmente este sistema solo me está permitiendo unas 3000 palabras a la semana, está facilitando todo el proceso de revisión avanzada y de estructuración, que me ahorrará mucho tiempo de corrección una vez la novela esté finalizada. Para autores más bestias, los tres días de escritura pura y dura podrían ser de tipo maratón, con más de 3000 palabras por día.

¿Qué opináis? ¿Creéis que sería un calendario plausible para escribir muchos, muchos relatos? ¿Y para avanzar en una novela?

52 relatos. Un relato a la semana. Todo un reto.

¿Alguien se atreve?


*La muy encantadora Izaskun, lectora de este blog, nos ha hecho una hoja de trabajo para todo el año. Podéis descargarla en los enlaces a continuación (avisadme si necesitáis algún otro formato o si tenéis cualquier problema).

Un cuento a la semana en hoja Excel (.xlsx).

Un cuento a la semana en formato XPS.

**En el blog Excentrya, Jaume Vicent también trata el tema del reto Bradbury y propone un método visto desde una perspectiva semanal. Echadle un ojo si queréis tener más recursos donde elegir.


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