Como todos los viernes, tengo mucho que contaros. Así que vamos directos a lo que vamos. A los mejores recortes de esta semana.

anima tu diálogo

Bessie Blue y la aplicación de técnicas cinematográficas al diálogo

Blue ha trabajado en televisión, y mucho de su conocimiento ha acabado en su trabajo narrativo. ¿Os habéis fijado en que en las series de televisión la gente no se limita simplemente a hablar? Siempre están haciendo algo mientras:

blue

Como autores, es importante visualizar a nuestros personajes y sus acciones, para no limitarnos a escribir un hilo que se limite al mero intercambio de diálogo. Las técnicas de sexposición y escena de la tortilla pueden ayudar.

Imagina, y escribe, las acciones de tus personajes, y su diálogo será más atractivo.

¿Cuántas veces habéis leído diálogos que se limitan a un mero «ella dijo» y «él dijo»? Un diálogo vivo, activo, incluye información acerca de lo que cada personaje está haciendo en esos momentos (aunque, cuidado, tampoco hay que pasarse. La narrativa de acción no puede ser tan larga que nos distraiga de lo que dicen los personajes).

Las técnicas que menciona Blue son las siguientes: sexposición es algo que dicen que ha inventado Juego de tronos, y se refiere al acto de ofrecerle a los espectadores la visión de algo muy atractivo cuando hay que introducir en el diálogo parrafadas o narraciones más largas y llenas de información. En Juego de tronos, esto se resuelve con diálogos con sexo de fondo o en primer plano (¡eso sí que es acción en el diálogo!). La escena de la tortilla hace referencia a la serie The Strain, en la que un personaje da una información importante a otro mientras hace una tortilla. Es una muestra interesante de cómo una acción simple y cotidiana puede darle más fuerza a un diálogo necesario.

Gallagher y el único proceso de escritura que funciona

En mi artículo del martes hablé de esos consejos que nos dan a veces a los que escribimos que no son nada nada útiles. Uno de ellos, uno de los más comunes, es «tienes que seguir tal o cual proceso«. Me quedo con lo que dice al respecto la escritora Monica Gallagher:

monica gallagher

Si funciona para ti, FUNCIONA. No te estreses intentando imitar el proceso de otra persona. Averigua cómo te va a ti, y adelante, y no tengas miedo de cambiar las cosas si no funciona. Escribe en la cocina, escribe en ese armario, escribe solo cuando llevas ESE GORRO RARO. Nadie te juzgará.

Lo dicho: prueba, experimenta y verás que tal vez lo que a ti te funciona no es para nada lo que le funciona a los demás. Y si tienes dudas, puedes ver cuán diferentes son los procesos de todo tipo de autores en este artículo que hice con imágenes de cómo escriben (y si necesitáis más, aquí hay otro).

Kleon y hablar sobre lo que estás escribiendo

¿Soléis hablarle a los demás de lo que estáis escribiendo? Hay quien cree que no es una buena idea. Austin Kleon dice:

Austin Kleon

4. Una vez estás metido en la escritura de un libro, habla del libro lo menos posible.

Soy una persona muy extrovertida, lo cual es genial cuando termino de escribir un libro y tengo que salir al mundo y hablarle a la gente de él, pero no tan genial cuando tengo que secuestrarme a mí mismo durante el tiempo suficiente como para ponerme a escribir en serio.

Hago la mayor parte de mi reflexión en voz alta, lo que significa que las ideas no me llegan del todo hasta que las expreso. Si las expreso a través del habla, hay menos posibilidades de que me dé media vuelta y las diga por escrito.

Una vez más, creo que esto depende del proceso de cada uno. A mí me gusta hablar con gente de confianza de lo que escribo, porque es una forma de desenmarañar nudos complejos o de que me salgan ideas nuevas, y no suele suponerme un problema luego sentarme a ponerlas por escrito. Pero conozco a más de uno que se llena la boca hablando de todo lo que va a escribir, hasta llegar al punto de que ya ha gastado toda su energía y entusiasmo en contarlo y no le queda nada para sentarse a escribirlo.

Lui y la zona gris

A veces tenemos la sensación de que trabajamos muchísimo, pero que al final del día no hemos conseguido nada. Y con frecuencia eso se debe a nuestra permanencia en lo que Herbert Lui llama «la zona gris». Con esta expresión se refiere a aquellas áreas de acción que consumen tiempo, pero que en realidad no son efectivas:

Herbert Lui

3. Evita la «zona gris»

Tendemos a quedarnos atrapados en nuestra manera de hacer las cosas, sin preguntarnos cómo de efectivos son nuestros métodos. Pero hacerse preguntas difíciles es muy importante a la hora de gestionar nuestro tiempo: ¿qué tipo de trabajo estás haciendo? ¿Representa un desafío? ¿Estás conectando con recursos que te ayudarán a mejorar? En esencia, es similiar a pasar el tiempo sintiéndose productivo mientras hacemos pseudotrabajo.

¿Cuántas veces os habéis dedicado a hacer tareas que sabéis que no son importantes, solo para sentir que estáis haciendo algo, para no tener que hacer el esfuerzo de realizar las tareas necesarias, más difíciles? ¿Cuántas veces habéis evitado pensar si este es el mejor empleo de vuestro tiempo?

No sé vosotros, yo caigo en la zona gris muy a menudo, y la mayor parte del tiempo no me doy ni cuenta. Llevo unas semanas muy sobrecargada de trabajo y sé que he caído una vez más: tareas que hago por una sensación de obligación, tareas que me hacen sentirme productiva pero que realmente no aportan nada, y por supuesto los clásicos agujeros de tiempo (Facebook, Twitter y etc.). Cuando me ocurre esto me detengo a reflexionar en cómo reorganizarme y de qué tengo que deshacerme, por mucho que cueste. Me ayuda bastante llevar una agenda diaria (no solo para anotar tareas importantes, citas y etc.), donde cada noche pienso en lo que necesito para el día siguiente, reviso las prioridades que se ajustan mejor a mis necesidades y estrategia.

Y, hablando de buenas costumbres para ser más productivos…

Godin y las cinco reglas de higiene digital

De la misma manera en que aplicamos reglas de higiene para mantener limpio nuestro cuerpo, Seth Godin nos habla de algunas reglas de higiene digital que podemos implementar para mantener un poco más limpia nuestra mente en un entorno que clama constantemente por nuestra atención:

Seth Godin

Y las provocaciones y hábitos que encuentras en el mundo digital te mantienen productivo (o te vuelven loco):

  1. Apaga las alertas de email y de redes sociales en tu teléfono.
  2. No leas los comentarios. Ni en tus posts ni en los de otras personas. Ni las reseñas ni los trols.
  3. Rebaja el tono de enfado en cada intercambio de emails.
  4. Mete tu teléfono en la guantera mientras conduces.
  5. Dedica la hora más creativa de tu día a crear, no a responder.

Cada uno de estos hábitos es difícil de tragar y fácil de mantener. Merece la pena.

Lo de los comentarios es algo a lo que le doy vueltas a veces. Cuando publico artículos que sé que van a generar cierta polémica o que simplemente se prestan al debate, el tiempo que dedico a contestar a los comentarios es bastante largo. Ese tiempo podría estar dedicándolo a escribir o a producir más artículos. Y sin embargo, si alguien se toma la molestia de poner un comentario (sobre todo si apunta ideas o puntualizaciones interesantes), lo agradezco infinitamente, y lo menos que puedo hacer es contestar.

Eso sí, el coste no es solo de tiempo. Por ahora no he tenido muchos problemas en ese sentido, pero por experiencia en otros proyectos sé lo agotador que puede ser lidiar con trols o con personas muy pedantes y/o desagradables en general.

Penn y la paradoja de la crítica

La autora Joanna Penn escribió hace poco un artículo precioso sobre las grandes paradojas de escribir. Esta es con la que más me identifico:

Joanna Penn

Me encanta conectar con mis lectores y fans. Me encanta leer reseñas y recibir emails de gente que disfruta de mis libros.

Tengo miedo de la crítica. Odio las reseñas de una sola estrella. Todos los días hacen que quiera rendirme. A veces me pregunto si no sería mejor si nadie leyera mis textos, porque entonces nadie me atacaría.

¿Sabéis cuando un autor dice «me encantaría saber vuestra opinión sobre mi libro»? Casi siempre es mentira. Le encantaría saber vuestra opinión si estáis dando gritos de felicidad tras leer su obra. Si tenéis cualquier otra reacción, es posible que no le interese tanto.

Como dice Joanna, a veces me pregunto si no sería mejor que nadie leyera mis textos. Por suerte para alguien, no sé si para mí, el impulso de escribir es más grande que el de esconderme bajo la cama (aunque no por mucho). Y si quiero que escribir sirva de algo más que para echar papeles al fuego en invierno (y no, los libros no son ideales para eso), más me vale compartirlo, pase lo que pase.

El problema está, como dice James Altucher, en las preguntas que nos hacemos. Así que tal vez sea hora de hacernos preguntas distintas:

James Altucher

Haces preguntas malas: ¿por qué no sirvo para esto?,

en vez de preguntas buenas: ¿qué es lo que hice mal y cómo puedo mejorar?

Y eso es todo, amigos. Hagámonos las preguntas adecuadas.

 

———————————-

créditos: Donut via photopin (license) e imagen de nemo en pixabay.

Si te gusta el contenido del blog en general y quieres leer más cosas mías (o simplemente echarme una mano), prueba a hojear alguno de mis libros:

70 trucos para sacarle brillo a tu novela70 trucos para sacarle brillo a tu novela: Corrección básica para escritores. ¿Has escrito una novela o un relato y no sabes cómo enfrentarte a la revisión? ¡Yo te ayudo! Disponible en Amazon.

Lectores aéreos gabriella campbellLectores aéreos (relatos con toques de fantasía tenebrosa): Disponible en Amazon y Lektu (¡solo 2,99 €!).

  • Puedes leer un avance gratuito aquí.
  • Puedes leer reseñas aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí. Y hasta en 20 Minutos, aquí.
  • Si tienes un blog o web de reseñas y te apetece leer y reseñar este libro, puedes pedirme un ejemplar de cortesía en gabriella(arroba)gabriellaliteraria.com.

Puedes ver más libros míos aquí.